jueves, noviembre 15, 2018

[Reseña] Superman / Batman nº 17-22: K

Guion: Michael Green, Mike Johnson
Dibujo: Shane Davis
Portada: Shane Davis
Edición española: Planeta DeAgostini, 2009. 1,95 € c/u.
Contiene Superman / Batman núm. 44-49 (2008).

★ ★ ★ ★  Me ha gustado

K
, o La búsqueda de la kryptonita, como se ha titulado en una edición, es una historia que plantea que Superman está en peligro constante por culpa de la abundante cantidad de kryptonita que hay en la Tierra. El héroe, después de estar a punto de morir por culpa de este material radioactivo, convence a Batman de que deben encontrar y recoger todos los restos que existen. Esto les lleva a un viaje por todos los rincones del planeta, durante el cual se enfrentan a viejos y nuevos enemigos, descubren nuevas variedades de la kryptonita y se revelan planes secretos relacionados con este material.

Ediciones de Planeta DeAgostini, ECC y Salvat. 

En 1987 John Byrne renovó la leyenda de Superman y estipuló que la kryptonita era un bien escaso en la Tierra. Anteriormente, este material radioactivo era tan abundante que parecía que casi se podía encontrar hasta en una bisutería, y esto al autor británico le parecía absurdo porque le restaba valor. Durante años se respetó esta premisa... hasta que el nostálgico Jeph Loeb planteó en los primeros números de Superman / Batman que un gigantesco meteorito de kryponita caía sobre la Tierra, de forma que, de nuevo, este bien volvió a ser abundante. Es más, aparecieron así variedades como la roja o la plateada, que generan otros efectos sobre el Hombre de Acero.

La idea de que haya mucha y variada kryptonita se ha mantenido y no parece que vaya a cambiar, como se comprobó en el relanzamiento de Superman de 2007 (Geoff Johns) y en el reinicio de 2011 (Grant Morrison). En esto pudo haber influido la popular serie de televisión Smallville, donde los "monstruos de la semana" conseguían sus poderes precisamente como consecuencia de estar en contacto con la kryptonita. Sea como fuera, la kryptonita volvió a estar disponible hasta en las tiendas de barrio y cualquier ratero podía poner de rodillas a Superman.

Ante esta situación cabía pensar cómo reaccionaría el héroe. Loeb ignoró la cuestión, en la pobre etapa de Mark Verheiden tampoco se planteó... y así fue hasta que llegó Michael Green, quien trató el tema en la seis números que componen K. Aquí Superman, con la colaboración de Batman, emprende la misión de encontrar toda la kryptonita que hay en la Tierra, recogerla y almacenarla evitando así que otros puedan usarla contra él. El primer escollo en el guión sería aclarar cómo hacer que Superman pueda tratar con la kryptonita, si esta le afecta mortalmente... pero se resuelve fácilmente mediante el traje anti-kryptonita que se vio, por ejemplo, en la serie de animación de los años 90. Además, esto le pega bastante al tono de la serie, que desde los tiempos de Loeb se caracterizaba por presentar a los Mejores del Mundo con otros aspectos (robots gigantes con el aspecto de ambos, etc.).

Como la kryptonita no cayó en un lugar específico, sino que se desperdigó por todo el planeta, los protagonistas tienen que ir lugares muy distintos permitiendo hacer un tour por el Universo DC: el fondo del océano, el Bar Olvido, Smallville... y así, de paso, seguir otro de los patrones de esta serie, el de los personajes invitados: Aquaman, Zatanna, etc. Entre unas cosas y otras se reflexiona sobre si la kryptonita es lo único que realmente hace humano a Superman, sobre si este personaje adopta una actitud casi totalitaria al querer quedare con este material... Como se puede ver, el motor de la historia  es la kryptonita y el principal protagonista es Superman, pero esto no quita que Batman también tiene un papel fundamental y algunos momentos de relevancia. Por ejemplo, en uno de los episodios tiene que encontrar la otra mitad de una kryptonita plateada y esto le lleva a enfrentarse a su pasado, a cómo serían las cosas si hubiera tenido una vida normal y corriente... Este es, por cierto, uno de los capítulos más simpáticos de la historia: Superman, afectado por dicha kryponita, se comporta como un niño y ve a sus compañeros de la Liga de la Justicia como si fueran dibujos animados. También es interesante por la relación de tira y afloja entre Batman y Zatanna, generalmente de amistad pero que a ratos sugiere que podía haber habido algo más.

Hacia el final de la saga se complican las cosas cuando resulta que buena de la kryptonita está en manos del gobierno estadounidense... y, de nuevo, se nota que Green ha reflexionado sobre el tema. Porque si hay tantísima kryptonita no hace falta ser un conspiranoico para pensar que los gobiernos de todo el mundo querrán su parte. Es una obviedad, sí, pero nadie había escrito una historia tratando esto. Así es que Batman y Superman se enfrentan a la Última Línea, un grupo de militares preparados para combatir al Hombre de Acero, y a... Juicio Final, el monstruo que lo mató, o, al menos, a una nueva versión de este. La trama se resuelve en el sexto episodio, donde el guion da un nuevo giro argumental con la revelación de quién está detrás del armamento que usaban los militares. Por si fuera poco, la historia termina con una de esas páginas que dejan boquiabierto. Se nota el esfuerzo por sorprender hasta el final.

Uno de los aciertos del guion es el de ir al grano y contar muchas cosas por número, en oposición al estilo del decompressive storytelling, tan común hoy en día y por el que pasan páginas y páginas y apenas ocurre nada. Gracias a esto, en solo seis números se tratan multitud de escenarios, personajes, relaciones... El tratamiento que reciben los personajes es coherente con el que habitualmente tienen e incluso se respeta el estado en el que estos se encontraban en el momento en que se publicó la historia. Por ejemplo, si en los cómics contemporáneos Lois Lane lleva el pelo corto, aquí también. Un detalle interesante del guion es que introduce la idea de que durante la adolescencia de Clark Kent este se enfrentó a personas que había adquirido poderes al estar en contacto con la kryptonita... y esto es algo que, claramente, viene por influencia de Smallville, en la que el propio Green era guionista. Curiosamente, nadie desarrolló esto, pero podía haber sido de excusa para presentar nuevos villanos o enemigos procedentes de esa época.

Por último, en lo que se refiere al dibujo Shane Davis hace un trabajo competente, con sus pros y sus contras. Se nota un excesivo afán por simular el estilo noventero de Jim Lee, ya que las figuras están recargadas de líneas y ello no las hace espectaculares, sino más bien acartonadas. En cambio, si se atiende a otros elementos, como los edificios, la tecnología... aquí sale mejor parado. Al menos, la narración es medianamente fluida y no sufre vaivenes, permitiendo seguir la lectura con naturalidad. Un detalle llamativo es que dibuja a Superman con una S en el cinturón, seguramente por influencia de la película Superman Returns (2006), aunque no se sabe si lo hizo por cuenta propia o venía así indicado en el guion.

LA EDICIÓN ESPAÑOLA

De esta historia hay tres ediciones en España: los números 17 al 22 de Superman / Batman (Planeta DeAgostini, 2009); el libro Mundos Mejores (ECC, 2016); y el tomo La búsqueda de la kryptonita (Salvat, 2018). Si solo nos interesa la historia K, está disponible en las ediciones de Planeta (grapa) y Salvat (tomo en tapa dura). Si queremos esta saga, pero también los siguientes números, la mejor opción es el tomo de ECC.

miércoles, noviembre 14, 2018

Cosas que quedaron en nada (8)

Extracto de Batman nº 52 (PdA).
En un artículo publicado en Batman nº 52 (octubre de 2011) se anunció cuál sería el futuro inmediato de esta colección de Planeta DeAgostini. Sin embargo, la mayoría de lo descrito en dicho texto no se cumplió porque esta editorial perdió la licencia de DC Comics en favor de ECC. Aun así, es interesante comprobar cómo serían las cosas si Planeta hubiera seguido como editor del Hombre Murciélago.

A mediados de 2009 las series de Batman entraron en una etapa conocida como Reborn. Entre los cambios estaban que Grant Morrison siguió su etapa en Batman and Robin y a la que complementó con The Return of Bruce Wayne; que Batwoman protagonizó Detective Comics o que en Batman empezó una nueva etapa, al principio con Judd Winick. Planeta afrontó este nuevo escenario sin grandes problemas: primero publicaron los episodios de Winick, después se centraron en el material de Morrison... Detective, ahora sin relación con Batman, salió directamente en un tomo de Batwoman. Y como quedaban pendientes los Batman con Tony Daniel como autor completo, de calidad muy cuestionable, se optó por finiquitarlos con un tomo (Vida después de la muerte).

Con la vuelta de Bruce Wayne a mediados de 2010 la cosa se complicó. Para empezar, Detective volvió a estar protagonizada por Batman e iba a ofrecer la prometedora etapa de Scott Snyder. Batman and Robin siguió adelante con otros autores, mientras Morrison daba otro salto con la nueva serie Batman Inc. A todo esto se añadió el fichaje de David Finch, a quien le dieron un título propio (The Dark Knight). Por si fuera poco, había una miniserie (Gates of Gotham), un cruce con las series Red Robin y Musas de Gotham... En definitiva, muchísimos cómics por delante. Y la colección de Planeta era una simple grapa de 48 páginas.

Como se explica en el artículo publicado en Batman nº 52, la idea era cubrir todo este material en la serie regular alternándolo según los arcos argumentales. Y para dar a basto, la serie adoptó en ese momento (octubre de 2011) la periodicidad quincenal. Como aun así no sería suficiente, alguna serie (Detective Comics) o arco argumental (Arkham: Reborn) se recopilarían directamente en tomos.

Así es que entre octubre y noviembre de 2011 salieron los números 51, 52, 53 y 54, recogiendo el especial The Return y seis números de Batman and Robin, mientras apareció el primer tomo de Detective Comics de Snyder. Curiosamente, la serie Batman que había pasado de grapa con Winick a tomo con Daniel, ahora volvía a la grapa aún con este mismo autor, lo cual evidenciaba las improvisaciones editoriales de la época. El resto de series, como Batman Inc.The Dark Knight nunca vieron al luz... al menos, con Planeta.

En 2012 empezó una nueva andadura editorial con ECC y esta editorial simplificó las cosas: Batman Inc.The Dark Knight y Gates of Gotham, a tomos. Y en la serie regular, los últimos números de Batman y de Batman and Robin. Porque con la inminente llegada del Nuevo Universo DC y el reinicio de la franquicia, lo más sencillo era publicar rápidamente todo lo que quedaba pendiente y prepararse para lo que estaba por venir.

lunes, noviembre 05, 2018

[Reseña] Batman nº 31-32: La batalla por la capucha

Batman nº 31 (PdA). 
Guion: Tony Daniel, Judd Winick
Dibujo: Tony Daniel, Ed Benes
Portada: Tony Daniel
Edición española: Planeta DeAgostini, 2010. 3,95 € c/u.
Contiene Batman: Battle for the Cowl núm. 1-3 y Batman núm. 687.

★ ★  No me ha gustado

Cuando Grant Morrison propuso la "muerte" de Batman en la historia R.I.P. a los editores se les encendió la bombillita: un acontecimiento así tenía que ser explotado lo máximo posible. Así es que llamaron a Neil Gaiman para escribir Whatever Happened to the Caped Crusader? (aparentemente, una despedida al personaje) y plantearon un relanzamiento de todas las bat-series con la etiqueta Reborn generando incertidumbre sobre quién sería el Caballero Oscuro. Entre la supuesta muerte y el renacimiento salió una miniserie titulada Battle for the Cowl, que sirvió precisamente para despejar la duda. Había muchos candidatos: Dick Grayson era la opción más razonable, pero ya había sido Batman en los cómics de los años 90; Tim Drake aún era muy joven para una responsabilidad así; Jason Todd parecía estar desequilibrado desde su resurrección... La resolución estaba en manos de Morrison, el guionista que capitaneaba esta etapa del Hombre Murciélago y que ya había tomado la decisión de cara a escribir Batman and Robin, pero el dibujante Tony Daniel se ocupó de la transición. Es más, Daniel asumió el cargo de guionista en el que sería el primero de muchos cómics de Batman escritos por él. Y esto es fundamental para entender por qué estamos ante una obra de calidad dudosa.

SINOPSIS: Lo que parecía imposible, ha sucedido: Batman ha muerto. Tras los sucesos desarrollados en Batman R.I.P. y Crisis final, Gotham City  afronta de forma traumática la pérdida de su protector. Sin un referente que mantenga el orden, la ciudad parece desmoronarse, al tiempo que los más fieles aliados del Hombre Murciélago discuten acerca de la idoneidad de reemplazar a su maestro y mentor.

Hay dibujantes que han demostrado tener talento para escribir sus propios cómics e incluso para hacer etapas históricas, como pasó con Frank Miller en Daredevil o Walt Simonson en The Mighty Thor. En este sentido, es bueno dar oportunidades y no cerrar las puertas a dibujantes que aspiran a ser algo más. Sin embargo, la mayoría de los dibujantes que lo han intentando han evidenciado una gran falta de talento, lo cual pone de relieve la dificultad de escribir buenas historias, pero sobre todo a escribir a los personajes de forma coherente. Daniel, aunque ya había hecho sus pinitos como guionista, no se revela como un gran escritor en potencia, sino más bien todo lo contrario.

La historia parte de la idea de que después de la aparente muerte de Batman aumenta la inseguridad en Gotham City. Pero si hacemos caso del epílogo publicado en Batman núm. 687 esta muerte no se ha hecho pública, es decir, nadie sabe que el encapuchado ha muerto. Por tanto, este levantamiento de los villanos no se puede producir por el ánimo que da saber que Batman ya no está, sino, en todo caso, por la aparente ausencia de este. Pero ¿cómo saben los villanos si está o no está? Es imposible saberlo. Así es que, para empezar, hay una pequeña incoherencia.

A partir de este punto hay una de guerra de bandas entre Dos Caras y Pingüino por repartirse la ciudad... pero también está Máscara Negra que hace explotar el Asilo Arkham... y un Batman falso que va asesinado gente... y Robin y Damian y... Hay demasiados personajes. Casi parece que esto es una versión comprimida de Hush, pero con un guion hasta peor. Hay tantos personajes que la mayoría salen y apenas dicen un par de frases o simplemente están posando para la cámara. Tal vez Daniel pensaba que así crearía aún más dudas sobre quién sería el nuevo Batman, pero ¿realmente alguien se creería que fuera a ser Relámpago Negro, Wildcat... o Cazadora? Como es evidente que la respuesta es no, todos estos personajes solo hacen que molestar. Sobran.

La historia muestra algunas obviedades, como que detrás del Batman falso está... Jason Todd. De hecho, es tan fácil de adivinar como ver la ilustración a portada página en la que salen todos los personajes y comprobar que Jason no sale, así que... Tampoco a Daniel le debía preocupar mucho este misterio, ya que a la primera de cambio lo revela a través de Nightwing y aquel no lo niega ni mucho menos. Menudo misterio. Jason, ese personaje que es la personificación de la incoherencia: un día adopta la identidad de Capucha Roja, otro de Nightwing, al siguiente de Batman... Se podría decir que aquí Daniel contribuye a estropearlo aún más, pero viendo el espantoso tratamiento que ha tenido, su paso por Battle for the Cowl es casi anecdótico. Aquí a Jason le da por ser un Batman asesino y su plan es... acabar con todos los aspirantes a ser Batman. Algo así, porque, por una parte, ataca a Tim Drake, pero por otra quiere a Dick Grayson como su propio Robin.

Uno de los personajes que también llama la atención por estar mal escrito es Damian, que aquí no muestra el carácter duro y rebelde que tiene en sus apariciones anteriores en la etapa de Morrison, sino que más bien todo lo contrario. Daría la impresión de que Daniel no se leyó aquellos cómics... pero ¡es que algunos de ellos hasta los dibujó él! A todo esto, Damian conduce el Batmóvil y lleva a una chica, que no se sabe de dónde ha salido y cuya finalidad es, básicamente, la de dejar el vehículo por orden de Alfred y después ser comida, literalmente, por Killer Croc. Esto no tiene ninguna relevancia en la historia, no se pretende ni mucho menos crear remordimientos en el mayordomo... es solo un capricho de Daniel por dibujar a Croc con una pierna en la boca. En general, hay muchos "porque sí" en el guion. En esta secuencia Damian lleva el Batmóvil, pero en otra riñe a Dick diciendo que nadie, excepto Batman, debe conducirlo, así que ¿en qué quedamos?

Si el guion es torpe, el dibujo no es mucho mejor. No se trata de criticar la estética noventera de Daniel, que puede gustar, pero sí la penosa narración. A veces, el problema de un dibujante no está en si es detallista, en si juega con las sombras... es en si el lector es capaz de entender qué es lo que pasa entre viñetas. Aquí el dibujante flojea totalmente, como le ha pasado en trabajos anteriores y posteriores, y cuesta seguir la lectura. Él sabe lo que está pasando, pero no lo transmite con orden y sentido. Por ejemplo, en la secuencia con la que abre la historia cuesta entender si son Robin y Escudera quienes han detenido a unos tipos armados o ha sido otro personaje, si hay unos tipos armados en un sitio y otros en otro...

El epílogo a esta historia se encuentra, como se ha dicho anteriormente, en Batman núm. 687, el cual es un soplo de aire fresco. De repente, los personajes hablan con fluidez, hacen reflexiones y plantean cuestiones interesantes, la historia se desarrolla de forma coherente... ¿Casualidad? No, lo que pasa es que aquí sí hay un guionista de verdad, que es Judd Winick, y que puede gustar más o menos pero al menos no es un simple junta letras. Seguramente, si también se hubiera ocupado de Battle for the Cowl esta miniserie hubiera merecido una mejor valoración.

LA EDICIÓN ESPAÑOLA

En el momento de escribir esta reseña solo existe la edición en formato grapa que salió en los números 31 y 32 de Batman (Planeta DeAgostini). Presumiblemente, en el futuro será reeditada por ECC. Como complemento a esta historia hay un tomo titulado Batman: La batalla por la capucha - Compendio, también publicado por Planeta.

domingo, noviembre 04, 2018

La importancia del número 1

Renumerar es, obviamente, volver a numerar... que en el mundo de los cómics equivale a cancelar una serie en curso y volver a lanzarla desde el número 1. Esta tendencia a renumerar las series viene por el efecto sicológico que parece tener en los lectores. Por ejemplo, hay personas que no comprarían el número 532 de una serie, pero sí el 1... pese a que ese número 1 tendría los mismos autores y el mismo enfoque que había en el 531. ¿Es absurdo? Sí, pero los seres humanos somos un poco estúpidos.

Superman nº 233... o nº 1. 
A principios de los años 70 los responsables del Hombre de Acero plantearon una nueva etapa que iba a comenzar en el número 233 de Superman. Nuevos autores, nuevo enfoque... debía ser un punto de inflexión en la historia del personaje, un punto ideal para que los lectores se pudieran subir al carro de sus aventuras. Para reforzar la idea pusieron en portada un 1 gigantesco y un rótulo que destacaba la palabra new. La numeración histórica no se vio afectada, ya que al mes siguiente salió el 234 con normalidad, pero desde luego aquel comic parecía ser un auténtico número 1. Este comic se puede considerar el origen de una maniobra comercial que ha llegado hasta nuestros días. Sin embargo, el truco no se repitió en otros títulos contemporáneos, tal vez porque en Superman no aumentó considerablemente las ventas.

Por entonces se dieron casos de series que fueron canceladas, pero que tiempo después volvieron al mercado siguiendo la numeración. Por ejemplo, la serie Teen Titans cerró con el número 43 (1973), pero regresó en una nueva etapa que empezó en el número 44 (1976), o Green Lantern, que fue cancelada en el número 89 (1972) y volvió años después con el 90. Esto da a entender la importancia que tenía la numeración histórica: en lugar de lanzar un nuevo volumen de Green Lantern o Teen Titans con el número 1 en portada, los editores preferían respetar la numeración existente. Un caso bastante llamativo es el de The Flash: la serie de Barry Allen empezó en 1959 no por el número 1, sino por el 105, porque retomaron la numeración de la serie homónima que claudicó... diez años antes.

En 1978 la editorial lanzó una potente campaña llamada DC Explosion, por la que aparecieron multitud de nuevas colecciones, y que fue un rotundo fracaso que se conocería, irónicamente, como DC Implosion. Debido a este descalabro, en los años siguientes se agudizó el ingenio de los editores: desde contratar a un prometedor guionista de Northampton para The Swamp Thing a lanzar series en el formato de lujo...

The New Teen Titans nº 1 (1980).
Durante la primera mitad de los años 80 una de las colecciones más populares fue The New Teen Titans, que ya en su primer número recordaba al Superman nº 233: la palabra new estaba remarcada e incluso formaba parte del título, empezaba realmente desde el número 1 omitiendo la numeración de la anterior Teen Titans, el 1 tenía aspecto visiblemente llamativo... Ahora, el prestigio de tener una serie centenaria ya no tenía tanta importancia. Había que vender.

Durante esta década los Nuevos Titanes protagonizaron trucos comerciales. En 1984 se lanzó un segundo volumen de The New Teen Titans, ahora con mejor papel e impresión, mientras que la serie anterior cambió por Tales of the Teen Titans, en la cual se publicaron historias nuevas hasta el número 58. En 1988, otro cambio: se eliminó la palabra teen y el título se quedó en The New Titans coincidiendo con el número 50.

Detrás de todo esto estaban el editor Len Wein pero, sobre todo, el guionista y también editor Marv Wolfman. Cuando Wolfman planteó Crisis en tierras infinitas se fijó dos objetivos: primero, que al término de la historia la continuidad del Universo DC debía empezar totalmente desde cero y, segundo, que todas las series tenían que ser canceladas y lanzadas de nuevo desde el número 1. Finalmente, la editorial no se atrevió a tanto, ni en una cosa ni en la otra, pero en lo que se refiere a la numeración sí canceló y relanzó muchas series. En 1985 cerró The Flash, con 250 números publicados, en 1986 hizo lo propio con Wonder Woman, con otros 329... En algunos casos, como Superman, recurrió a la ingeniera editorial: cambió el título por Adventures of Superman manteniendo la numeración (423 números publicados) y lanzó un nuevo volumen de Superman desde el número 1. En otros casos, como los de Batman o Detective Comics, simplemente lo dejó como estaba. Así es que durante la segunda mitad de los 80 se cancelaron títulos con gran tradición y se relanzaron desde el número 1, en algunos presentando un reinicio de la continuidad (Wonder Woman de George Pérez, etc.) y en otros un cambio en el enfoque (Wally West se convirtió en Flash, etc.). En general, el relanzamiento del Universo DC fue un éxito por la llegada de nuevos autores, por la libertad creativa que disfrutaban, por la posibilidad de innovar... pero también por el papel de la editorial, que canceló series históricas sin pudor y las relanzó desde el número 1 con el fin de llamar aún más la atención del público.

Generalmente, el término "volumen" se refiere a cada una de esas series que empiezan desde el número 1 y que comparten título con otras publicadas anteriormente. Por ejemplo, de Detective Comics hay un volumen 1, que es el que se publicó entre 1937 y 2011, y un volumen 2 que salió entre 2011 y 2016. Siguiendo con este caso, cuando la serie recuperó la numeración histórica el concepto se volvió un poco confuso: ¿Es el volumen 1? ¿Se debe contabilizar como una extensión del volumen 2? ¿O, simplemente, es un volumen 3 que no empieza desde el número 1? Cada lector tiene una opinión. 

Mientras tanto, Marvel parecía estar en una posición cómoda. Tenía series que vendían mejor y otras que peor, pero seguía copando la mayor parte del mercado. Algunos títulos como Daredevil o The Mighty Thor pasaron por malos momentos, pero las exitosas etapas de Frank Miller y Walt Simonson sirvieron para relanzarlos sin necesidad de reinicios ni renumeraciones. En Marvel, como DC, también era habitual mantener las numeraciones históricas, pero no era dada a los reinicios de la continuidad. Seguramente, Marvel tenía una continuidad más sólida por haber sido fijada desde el principio por unos pocos autores (Stan Lee, Jack Kirby, Steve Ditko, etc.), mientras que DC tenía un catálogo de personajes variopintos, algunos de los cuales hasta procedían de otras editoriales (Fawcett, Charlton y Quality). En Marvel no se reiniciaba y, por tanto, tampoco se renumeraba.

LOS AÑOS 90

Con la entrada en los años 90 las cosas se volvieron cada vez más turbulentas. Fueron tiempos de especulación, de muchísimas nuevas series, de ediciones especiales... En 1992 se estrenó Team Titans con cinco versiones del número 1, siguiendo el modelo del exitoso X-Men nº 1 de Jim Lee, en este caso cada uno con contenidos propios. En 1994, con motivo del evento Hora Cero: Crisis en el tiempo, se presentó el número 0 de todas las series, el cual sirvió para explicar el origen de los personajes, y así intentar captar la atención de los lectores. En este caso no se trató de una renumeración al uso, ya que al mes siguiente se volvió a la numeración corriente. Tampoco lo fue en 1998, cuando la numeración de las series se interrumpió de nuevo con los números 1.000.000, como parte de un evento escrito por Grant Morrison. Se podría decir que si los números 0 nos llevaban al pasado, los 1.000.000 nos mostraban un lejano futuro.

En 1996 Marvel recurrió también a estos trucos comerciales por primera vez cuando varias series fueron canceladas y sustituidas por nuevos volúmenes a cargo de Rob Liefeld y Jim Lee en el proyecto conocido como Heroes Reborn. Solo un año después, estas fueron canceladas y se lanzaron nuevos volúmenes con otro número 1 en portada. Así es que la Casa de las Ideas, que durante todo este tiempo había respetado las numeraciones históricas, en menos de dos años sacó números 1 de Captain America, entre otras. Si DC lo hizo en los 80 por una urgente necesidad comercial, la situación ahora de Marvel, en bancarrota y mal gestionada, tampoco era más halagüeña. En los años siguientes Marvel repetiría la jugada con la cancelación de títulos tan clásicos como The Amazing Spider-man o The Incredible Hulk para su posterior relanzamiento en volúmenes que empezaban desde el número 1.

Hacia los 2000, aún de resaca por los años anteriores,  se empezaron a simplificar las cosas. Por ejemplo, en lugar de tener cuatro series de la Liga de la Justicia, a cada cual peor, se cancelaron todas y se lanzó una sola (JLA). También se empezó a probar con otra fórmula: cancelar series y lanzar otras similares, pero con un título distinto. Así es que en 1999 cerró Shadow of the Bat coincidiendo con el término de Tierra de Nadie y, a continuación, salió Gotham Knights, que aunque tenía otro enfoque venía a cubrir el mismo hueco en el mercado.

En España el fenómeno de las renumeraciones es similar y durante años se recurrió a ello en muchísimas ocasiones. Un caso anecdótico es el de Daredevil: Forum se equivocó y nominó erróneamente el volumen 3 como volumen 2, por lo cual existían dos volúmenes 2.  

LOS AÑOS 2000

Wonder Woman nº 600 (2010).
En 2001 Marvel empezó a añadir a sus portadas las numeración que la serie hubiera tenido de no haber sido cancelada. Esto es, por ejemplo, que el número 30 de The Amazing Spider-man sería el 471, si no hubiera sido renumerada en 1999. Sirvió para contentar a los lectores veteranos, pero también para convertir un simple número 59 en el mismísimo 500. Como los números 1, todo un 500 también funcionaba como reclamo y de ahí en adelante se retomó la numeración histórica. La jugada se repitió en otras series, como Fantastic Four, que pasó del 70 al 500.

En DC no se imitó este sistema de renumeración. De haberlo hecho, de The Flash o Wonder Woman, entre las series que cerraron en los años 80 y las que estaban en curso, hubieran superado los 300 y 400 números publicados, respectivamente. Pero, quién sabe si porque no gustaba a los editores, o por simple vergüenza de repetir una idea que claramente se había originado en Marvel, no se hizo. Hubo un caso puntual, pero al cabo de mucho tiempo, que es el de Wonder Woman, del que salió el 600 (2010).

LA ACTUALIDAD

En 2011 DC hizo algo inesperado: reiniciar el universo, cancelar todas las series, volver a lanzarlas desde el número 1... o sea, básicamente lo que Wolfman había propuesto hace treinta años. Así surgió el Nuevo Universo DC, que en su primera etapa se conoció popularmente como The New 52. Sin medias tintas, la editorial canceló las series que funcionaban mal, las que iban bien, las que estaban pasando por una etapa gloriosa... Todas. Salieron entonces 52 nuevas series al mercado, y las que gozaron de buenas ventas alcanzaron los 52 números publicados en 2016 (53 si se cuentan los números 0), momento en el que fueron de nuevo canceladas marcando el fin de The New 52. La mayoría de las series fueron canceladas, como Hawk and Dove o Grifter, y sustituidas por otras distintas, pero están los casos de Teen Titans, que fue cancelada y renumerada o el de Suicide Squad, que también fue cerrada pero relanzada con el nombre New Suicide Squad.

Ediciones Zinco publicó dos volúmenes de BatmanSupermanNuevos Titanes... Se podían diferenciar claramente por el formato, ya que los volúmenes 1 tenían unas dimensiones mayores a las típicas del comic-book.  Norma Editorial también tuvo en el mercado varias series de Batman y Superman, pero les cambió el título para distinguirlas: BatmanBatman: El Señor de la Noche, etc. Con Planeta DeAgostini hubo de todo: los volúmenes 1 de Batman y de Superman salieron en tomo y los volúmenes 2 en grapa, mientras que otras series como Jóvenes Titanes Outsiders pasaron de volúmenes 1 a colecciones "familiares" como DC Presenta. En la actualidad, la política de ECC es la de tener doble numeración: la histórica, que empezó con el Nuevo Universo DC, y la actual, siempre pendiente de los relanzamientos que pueda haber, como fue el caso de Renacimiento.
En Marvel, en cambio, durante estos años apostaron por un sistema distinto, al menos en lo que se refiere a los títulos menores o secundarios, como pueden ser los del Caballero Luna o Estela Plateada. En lugar de mantener las series todo el tiempo posible en el mercado, les trataban como si fueran series limitadas encubiertas, y cuando terminaba un ciclo argumental eran canceladas y renumeradas. Es lo que popularmente se ha conocido como "temporadas", simulando las temporadas televisivas, que están limitadas en episodios y tienen un eje temático. Así es que en 2011 salió un volumen de Moon Knight de solo 12 números... tantos como escribió Brian Michael Bendis antes de dejar la serie. En algunos casos Marvel renumeraba cambiando ligeramente el título, como ocurre con The Incredible Hulk, que en 2013 pasó a Indestructible Hulk y en 2016 a Totally Awesome Hulk... si al cambiar el título estas series se contabilizan o no como nuevos volúmenes de una misma e histórica colección es un tema de debate.

Action Comics nº 957 (2016).
En DC, con el fin de The New 52, se abrió una nueva etapa (Rebirth) con la que se intentó conectar con los lectores veteranos que, molestos por el reinicio del Universo DC, se marcharon en 2011. Con esto en mente, por una parte la editorial retomó la numeración histórica de títulos tan clásicos como Action Comics o Detective Comics... series que, a pesar de contar con unos títulos un tanto impersonales, se siguieron publicando durante The New 52, seguramente porque la propia DC sabía que en algún momento se retomarían las altas numeraciones. De esta forma, Action Comics pasó del número 52 al 957 y Detective Comics del 52 al 934. A nadie se le escapaba que los números 1000 estaban a la vuelta de la esquina, así que adoptaron la periodicidad bimensual para alcanzar pronto esta magna cifra de números publicados. Por otra parte, las series Batman o Superman, entre otras, no retomaron las numeraciones históricas, sino que fueron renumeradas desde el 1. Esto demuestra la doble posición en la que se encuentra la editorial: las altas numeraciones son un símbolo de prestigio, pero renumerar desde el 1 contribuye a mejorar las ventas.

En 2018 se utilizó una fórmula mixta: el número 39 de The Flash sería al 700 contando todos los cómics publicados a lo largo de las pasadas décadas, así que se lanzó una portada alternativa en la que se veía un 700 y el texto "¡Celebrando 700 números!". De esta forma, la numeración se mantiene baja y aparentemente accesible a los lectores y, al mismo tiempo, se reconoce la extensa trayectoria de estos títulos.

viernes, septiembre 07, 2018

Crisis en PLOT 2.0... o cómo titular un post sin importancia

En Facebook hay un grupo llamado Revista PLOT 2.0., el cual fue creado por Ferran Delgado para hablar de la revista que él mismo produce (PLOT 2.O), aunque también se habla de cómics en general, especialmente sobre la Marvel clásica.

Yo estaba en ese grupo y, de hecho, participaba con mis comentarios. Es más, incluso publiqué mis propios post, me suena que sobre fallos en la rotulación de cómics. No recuerdo haber tenido ningún problema con el resto de usuarios, ni siquiera con el propio Ferran. Con él hablé también en alguna ocasión por mensajes privados.

Todo iba bien hasta que un día... me expulsó.

Me sorprendió, pero al mismo tiempo tampoco me extrañó, más que nada porque había visto a otros usuarios ser expulsados del grupo después de mostrar opiniones diferentes sobre un tema, además de otros que se habían ido por cuenta propia, molestos por su actitud tiránica. Dicho esto, debo decir que yo no tengo -o no tenía- ningún problema personal con él. Sí que me parecía que estaba enfadado con el mundo, como si estuviera en un constante estado de crispación, sobre todo con aquellos le habían llevado la contraria en algún momento. Por ejemplo, eran habituales las pullitas hacia Julián Clemente, entre otros.

A continuación explico la historia de cómo fui expulsado del grupo Revista PLOT 2.0.

Hace unos días Ferran enlazó una entrevista a Carlos Pacheco, donde el dibujante dice "Durante un tiempo el cómic solo prestó atención al adolescente masculino". Yo comenté "durante años las chicas se burlaban de los niños-adolescentes-adultos que leían cómics, así que ¿qué esperaban?". A esto añadí que en algún momento se podía hablar en el grupo sobre el ComicsGate, ya que hace poco había leído un artículo sobre el tema.

Unos días después Ferran enlazó precisamente a ese artículo, así que me dije "estupendo, podemos hablar aquí sobre esto". Puse un comentario: "Personalmente, no me molesta que haya personajes negros, asiáticos o femeninos, si responde a las necesidades del guionista para contar una historia. El problema, al menos en Marvel, es que en los últimos tiempos parece que se hace por simple propaganda".

"EL LINCHAMIENTO"

Al mismo tiempo, Ferran decía algo así como que al leer ese artículo entendía el comportamiento de los usuarios del foro Universo Marvel. Decía que es "el Forocoches de los cómics", con evidentes connotaciones negativas. El problema de Ferran con este foro viene porque hace unos meses se discutió allí sobre el post que Ferran había escrito en su blog. El tema era que John Romita no cobró por ser director de arte en Marvel, lo cual servía como crítica a Stan Lee. Por si alguien no lo sabe, Ferran tiene incontables publicaciones criticando la figura de Lee... hay quien diría que hasta de forma obsesiva. Pero, al margen de esto, escribió sobre cómics en su blog... y en un foro de cómics se habló de ello. Es algo normal, ¿verdad?

Según Ferran, "lo lincharon".

Si seguís el link podéis ver los comentarios. Aun así, voy a recopilar aquí unos cuantos, siguiendo el orden en que fueron publicados.

El primero que menciona a Ferran es Scraulso, quien dice: "Mira que puede ser cercano a la realidad (y no me extraña)... pero es que la noticia la pone Ferran, que no es muy fan de Lee que digamos.  :lol:"

El segundo, de Thesystemhasfailed, ni siquiera menciona a Ferran, y hasta dice que puede tener razón sobre el tema.

El tercero, de Franchux, plantea que tiene dudas.

El cuarto, de Essex, dice "Me creo un 10%."

El quinto, de adamvell, que manifiesta estar harto de la demonización de Stan Lee.

En el sexto mensaje cuando el mismo Essex hace una referencia personal a Ferran: "Es que al ser de Ferran Delgado lo pongo en duda por lo que he visto y oído de él en el sector, respecto a Lee. Al menos pongo en duda. Más con el libro que ahora publicita y de quién es."

Los siguientes mensajes siguen los mismos patrones: unos se lo creen, otros no, alguno un poco más o menos... Cada uno tiene una opinión. Pero ¿dónde está "el linchamiento"?

Cuando eres un autor, ya sea articulista, dibujante o rotulista, hay que aceptar las críticas negativas y las opiniones contrarias. Todo el mundo no va a pensar como tú. Puedes hacer un dibujo que piensas que está de maravilla y yo decirte, por ejemplo, "no me gusta, lo veo demasiado recargado. Me cuesta entender lo que has hecho". Y también tienes que entender que cuando, al parecer, has mostrado una actitud acalorada hacia esas críticas y opiniones durante años, en los corrillos de la industria se dice eso de ti: que eres una persona conflictiva, que eres difícil de llevar... que no lo digo yo, pero sí las personas que han trabajado contigo. Por eso, es normal que Essex, que trabaja en el sector, diga "muchas personas de la industria del cómic me han hablado regular de él. Al menos me pone a la defensiva."

Así que... ¿esto es el "el linchamiento"? Y si así fuera, ¿no estaría haciendo lo mismo Ferran en su cruzada contra Stan Lee? En mi opinión, eso es hablar libremente sobre una persona de la que se tienen referencias, en este caso personales. Otra cosa sería amenazar de muerte a una persona en un foro en Internet, publicar una foto de su DNI o decir dónde vive... todo eso está hasta perseguido por la ley. Pero ¿decir que tienes malas referencias de una persona?

Volviendo a ese foro de Universo Marvel, Ferran respondió con un mensaje, a los pocos minutos con otro y luego con un tercero... donde regaló un "Nada, ahora ya podéis seguir poniéndome a caldo a mi espalda, valientes." Creo que con solo con esa frase se puede notar que estaba molesto. ¿Ponerle a caldo... cuando la mayoría de los mensajes tratan sobre el tema que él mismo ha tratado en su blog (Lee, Romita)? ¿A sus espaldas... cuando es un foro público?

El "linchamiento".
No quiero extenderme más porque, al fin y al cabo, ahí están los mensajes. Que cada uno saque su propia conclusión. Pero sí quiero señalar una cosa: yo tenía cuenta en ese foro (me llamaba Peribáñez), aunque la borré en julio de 2017, y ese debate es de abril de 2018, por lo que yo no participé. Lo leí, sí, pero no escribí ni una letra. Esto lo quiero destacar porque, más adelante, Ferran justificará mi expulsión del grupo por ser uno de los que "lo lincharon". Que me explique qué hice yo.

LA EXPULSIÓN

Aclarado todo esto, vuelvo al relato del "día de la expulsión", a ese post que enlazaba con el artículo del ComicsGate, donde él hizo referencia al foro de Universo Marvel... y donde yo comenté lo que podéis ver en la imagen de la derecha. Por favor, leedlo y considerad si yo le falté al respeto en algún momento.

Al mismo tiempo que publiqué esos dos mensajes me di cuenta de que mi mensaje sobre el Comics Gate había desaparecido. O sea, él había enlazado un artículo sobre el ComicsGate  yo escribí sobre el ComicsGate .. pero mi mensaje fue borrado. ¿Por qué?

Sobre mi mensaje borrado. 

Entre que me llegaban las notificaciones de Facebook al móvil, que no le daba importancia porque estaba mirando otras cosas... pues veo que otro usuario me pregunta por mi mensaje borrado, también que Ferran dice que lo que borró fue el mensaje de hace un par de días...

Cuando voy a responder... resulta que ya no estoy en el grupo. Me ha expulsado. WTF?!

La expulsión. 
Si he escrito con educación, además sobre el tema que él plantea (ComicsGate)... ¿cuál es el problema? ¿Que le he llevado la contraria sobre "el linchamiento" en el foro Universo Marvel? ¿Que he dado una opinión sobre el ComicsGate que no coincide con la suya? ¿A esto hemos llegado, a no poder expresarnos, ni con educación y respeto? Tiene narices que una persona que es, presumiblemente, de izquierdas, se comporta como un dictador.

LA "EXPULSIÓN PREVENTIVA"

No estoy en el grupo y, a la vista de lo que pasa ahí, no quiero estar. Pero conozco a personas que siguen allí, que me han contactado por mensajes privados... y la opinión que tienen de lo que pasó es que no tiene ningún sentido, que a Ferran se le ha ido la pinza... Según él, fue una "expulsión preventiva". Porque formo parte del "grupito que le linchó en Universo Marvel"... y él ya sabe "cómo se las gastan". Repito: si yo borré mi cuenta en ese foro en julio de 2017, ¿cómo lo "linché" en abril de 2018? Que me lo explique. Ve gigantes donde solo hay molinos.

La "expulsión preventiva".

OTROS EXILIADOS

Los exiliados.
A raíz de mi expulsión recordé unos mensajes que leí en el grupo Spiderman: Crónicas del Daily Bugle, donde un usuario decía haber sido bloqueado y expulsado de Revista PLOT 2.0., otro que se había ido por su cuenta...

Puse entonces un comentario ("apuntad otro al que han echado de PLOT"), a lo que salió otro usuario más diciendo "Yo puedo decir que me no me echaron del Plot, me fui porque quise".

Por privado, otro me dijo "si por decir lo que pienso me expulsan de un grupo, es que no estoy en el grupo adecuado, ¿no?" A esta persona, por cierto, lo tenía como "amigo" en Facebook. "Como consecuencia de mi expulsión de su grupo, veo que también tengo bloqueado mi Messenger con Ferran, por el que aparte de comentar cuestiones técnicas de rotulación y comprarle un original, le hacía los encargos de sus libros. En fin..."

LA PATALETA FINAL

Ferran es un gran profesional, sí, pero tiene un serio problema de actitud cuando tiene choques con todos quienes muestran opiniones diferentes a la suya. Me apena porque he defendido su trabajo en otras ocasiones: he alabado públicamente sus rotulaciones, sus publicaciones... Compré sus revistas PLOT 2.0 e incluso convencí a mi librero de que pidiera más ejemplares. Hace años, Ferran me escribió para pedirme el contacto de un editor y yo se lo pasé. Creo que en ningún momento le he faltado al respeto. Si lo peor que he hecho ha sido llevarle la contraria con lo del "linchamiento"... ¡pues eso, en fin!

sábado, agosto 25, 2018

[Reseña] Batman: Legado nº 1

Batman: Legado nº 1 (ECC).
Guion: Chuck Dixon, Doug Moench
Dibujo: Graham Nolan, Jim Balent, Alan Grant, Jim Aparo, Mike Wieringo
Portada: Graham Nolan
Edición española: ECC, 27 €. Abril de 2018.
Contiene Batman núm. 533, Batman: Shadow of the Bat núm. 53, Catwoman núms. 33-35, Detective Comics núms. 697-700 USA, Robin núm. 31 USA.

★ ★ ★ ★ Me ha gustado

Después de una primera mitad de década inmersas en continuos cruces (Knightfall, etc.), lo cual causó el agotamiento entre los lectores, en 1995 se decidió devolver la autonomía a cada serie del Hombre Murciélago. Aun así, cada cierto tiempo se desarrolló un evento que las volvía a relacionar sirviendo para generar gran impacto. En 1995 fue Contagion, donde un virus amenazaba con acabar con la población de Gotham City, y de ahí surgió poco después la secuela: Legacy.
SINOPSIS: Batman, Robin y Nightwing tienen entre manos un caso que involucra a Dos Caras sin sospechar que el Mortero, el virus letal que causó estragos en Gotham City, está a punto de regresar, mutado y mucho más agresivo. Pero ¿de dónde procede la nueva cepa y quién la ha creado? La respuesta se encuentra en una misteriosa excavación arqueológica que está visitando... ¿Catwoman?
Publicada originalmente en 1996, la saga Batman: Legado es la secuela de Batman: Contagio. Esta primera entrega cuenta con guion de Chuck Dixon (Robin), Doug Moench (Batman: Vampiro) y Alan Grant (Batman/Lobo) y dibujo de Graham Nolan (La caída del Caballero Oscuro) y Jim Aparo (Una muerte en la familia), entre otros.
Para leer Legado es conveniente haber leído primero Contagio porque es el antecedente directo y pone en situación, pero también porque es una historia medianamente interesante. La idea del virus fue ingeniosa, ya que enfrentaba a Batman a una amenaza "invisible", a la que no podía golpear con sus puños. Como curiosidad, decir que poco después se repetiría la situación en Cataclismo, solo que con un terremoto.

Contagio fue un cruce bastante fácil de seguir, ya que se compone de solo 11 números distribuidos entre las bat-series de la época, incluyendo títulos como Azrael, Catwoman o Robin. En Legado, en cambio, la cosa se complicó, ya que la historia comienza oficialmente en Detective Comics nº 700, si bien hay cómics anteriores donde ya se allana el terreno, a los que se añadió una serie limitada (Bane of the Demon) y un especial (Bane). En cualquier caso, con las actuales ediciones de ECC está todo debidamente recopilado y es tan fácil como adquirir el tomo de Contagio y los dos de Legado.

En este primer tomo de Legado se puede tener la sensación de que hay mucha morralla, y así es: precisamente porque es la edición más completa, contiene episodios en los que la única relación con la trama principal se da en unas pocas viñetas. Debido a esto, aquí la historia apenas empieza y realmente se desarrolla en el siguiente libro, lo cual puede decepcionar a más de un lector. Por suerte, una vez se centra la atención en la saga propiamente dicha, hay que decir que, como Contagio, tiene un nivel aceptable.

Si alguien se pregunta si Legado es un must have... pues no. Pero si un evento muy entretenido, que pone a Batman y sus compañeros en un viaje por todo el mundo, de forma que se recupera el espíritu aventurero de los tiempos de Dennis O'Neil y Neal Adams. De hecho, el villano viene de aquella época... y no diré de quién se trata para evitar el spoiler, aunque ECC ya lo ha destripado en la contraportada del libro. Con los habituales altibajos de los cruces entre series, aquí destacan los episodios de Detective Comics de Chuck Dixon y Graham Nolan, quienes también hacen la serie limitada Bane of the Demon. Como el propio título deja entrever, esa miniserie se centra en Bane, el villano creado precisamente por estos dos autores y que volvió a la acción en Legado después de su papel en Knightfall como el hombre que rompió a Batman. Así es que los lectores que disfrutaron con La caída del Caballero Oscuro pueden saber más de él en esta historia.

LA EDICIÓN ESPAÑOLA

Hay tres ediciones españolas de Legacy. Grupo Editorial Vid la publicó en los números 257-265 de Batman, así como unos pocos de los episodios previos en los números 253-256, además del especial de Bane (salió de forma individual). Los mexicanos omitieron la serie limitada Bane of the Demon y episodios como los de Detective Comics (697-699) y Robin (31).

En 2005 Planeta DeAgostini la editó en el coleccionable La saga de Ra's al Ghul. En estos tres tomos en tapa dura se siguió la organización del tomo americano, incluyendo una selección de viñetas procedentes de Detective Comics, Catwoman y Robin. Planeta añadió la serie limitada Bane of the Demon, inédita hasta este momento.

En 2018 ECC la publicó basándose en la nueva edición americana, la cual lo incluye todo: los números previos, la serie limitada, el especial... De hecho, en estos tomos se encuentran la única edición española de los números 697-699 de Detective Comics. Por ponerle un pero a la edición de ECC, el diseño de la cubierta muestra elementos más propios de Cataclismo y Tierra de Nadie que de Legado, presumiblemente para señalar una relación que, a decir verdad, no existe más allá de que son eventos de los años 90.

viernes, junio 08, 2018

[Comparativa] JLA: La Torre de Babel

Tower of Babel  es una historia escrita por Mark Waid que se publicó originalmente en JLA nº 43-46 (2000). Posteriormente, se reeditó en el tomo homónimo con portada exclusiva de Howard Porter. Dado que solo consta de cuatro episodios, en el tomo se añadieron otros cómics para hacerlo más voluminoso: JLA nº 42, JLA 80-Page Giant y JLA Secret Files and Origins nº 3.

Ediciones de Norma y Salvat.
El número 42 no tiene relación con La Torre de Babel: es un episodio de transición que se publicó entre la etapa anterior (la de Grant Morrison) y la de Waid. De igual forma, el 80-Page Giant no tiene nada que ver con la trama. Sin embargo, el Secret Files presenta una historia que, aunque no está escrita por Waid, amplia el argumento.

EN ESPAÑA

En 2002 esta historia fue publicada por primera vez por Norma Editorial en la miniserie JLA: La Torre de Babel. Utilizaron la portada exclusiva del tomo americano, pero no siguieron los contenidos limitándose a los cuatro números (43-46). Son dos números en tapa blanda. En el interior se reproducen las portadas originales a página completa.

En 2005 Planeta DeAgostini publicó todos los contenidos del tomo americano en Batman: La saga de Ra's al Ghul nº 9. Salió en este coleccionable debido a la aparición de Ra's al Ghul. Actualmente, es la única edición española que ofrece el número 42 y el 80-Page Giant.

En 2010 Planeta DeAgostini publicó JLA de Mark Waid, donde se volvieron a publicar los números 43 al 46. Es un tomo encuadernado en tapa dura.

En 2016 Salvat la editó en Novelas Gráficas. DC Comics. En esta ocasión, se incluyó la historia del Secret Files and Origins. Además, como es característico de este coleccionable, se añadió una historia clásica, concretamente la primera aparición de la Liga de la Justicia en The Brave and the Bold nº 28. Este tomo también está encuadernado en tapa dura y reproduce las portadas originales.

También en 2016 ECC publicó los números 43 al 46 en Grandes autores de la Liga de la Justicia: Mark Waid - Torre de Babel. Este libro incluye además los siguientes números, 47 al 49 que, aunque no forman parte de esta historia, reflejan las consecuencias de lo acontecido.

jueves, junio 07, 2018

[Reseña] Nuevos Titanes: El contrato de Judas

Nuevos Titanes: El contrato de Judas (Salvat).
Guion: Marv Wolfman y George Pérez (co-argumento)
Dibujo: George Pérez
Entintado: George Pérez, Dick Giordano
Portada: George Pérez
Edición española: Salvat-ECC, 12,99 €. 2017.
Contiene The New Teen Titans nº 39 y 40, Tales of the Teen Titans nº 41-44 y Tales of the Teen Titans Annual nº 3 (1984). También incluye The Brave and the Bold nº 54.

★ ★ ★ ★ Me ha gustado

Cuando en 1980 salió a la venta el primer número de The New Teen Titans ni el más optimista podía pensar que aquel proyecto iba a ser un auténtico éxito. Entre que la serie anterior (Teen Titans) había sido cancelada dos veces y que, en general, la situación de DC Comics era realmente mala, la expectativa era que este nuevo título apenas duraría unos pocos meses en el mercado. Pero después de unos primeros episodios, en los cuales los guiones de Marv Wolfman aún eran un poco pobres y los dibujos de George Pérez no eran muy detallistas, se hizo el milagro: las ventas eran lo suficientemente buenas como para seguir adelante. Y lo mejor de todo es que la calidad de los cómics cada vez era mayor,  en parte por que Pérez se implicó en los argumentos y se esforzó además en conseguir un dibujo glorioso. Con la libertad creativa que concede una editorial desesperada por recuperarse comercialmente, los autores aprovecharon para hacer prácticamente lo que querían. Y en una de esas decidieron introducir un nuevo personaje en la serie, un nuevo integrante de estos Nuevos Titanes... solo que, en realidad, no era uno de "los buenos", sino todo lo contrario. Se trataba de Terra.

Wolfman y Pérez no engañaron al lector: casi desde el principio sabía que trabajaba para el villano Deathstroke. Pero eran el resto de titanes quienes ignoraban los verdaderos propósitos de Tara Markov, así que el lector era testigo de una amenaza en ciernes para los héroes que, después de un año, se resolvió en The Judas Contract. Conscientes de que podía ser la mayor historia de la serie, le dedicaron hasta tres números y un Annual, reservando además varias sorpresas: el origen de Deathstroke, la conversión de Dick Grayson en un nuevo héroe, la introducción de un par de personajes... Si se decía que los Nuevos Titanes eran "la Patrulla-X de DC", El contrato de Judas se comparaba con La saga de Fénix Oscura. Independientemente de que estuviera o no al mismo nivel, desde luego se convirtió en un hito en la historia de los Jóvenes Titanes, señalando a DC el camino en la búsqueda de cómics más atrevidos.

Este libro se compone de dos partes claramente diferenciadas. La primera corresponde a los números 39, 40 y 41, los cuales presentan una aventura con el Hermano Sangre como villano. No tienen relación directa con El contrato de Judas pero sirven para conocer los antecedentes inmediatos, como las despedidas de Robin y Kid Flash o el entrenamiento de Deathstroke y Terra. Además, son unos episodios dibujados por un Pérez pletórico en todos los aspectos: la narrativa, las secuencias de acción, las escenas multitudinarias, el diseño de los personajes... Son para enamorarte de una Wonder Girl más guapa que nunca, para alucinar con viñetas como esta... Y si tenemos en cuenta que justo el número anterior, el 38, es otra joya (la historia Who is Donna Troy?), cabe preguntarse cómo es posible que a estas alturas de la vida no haya una edición integral de los Nuevos Titanes en nuestro país. Con la de tebeos malos que se publican y con esto algunos seguimos recurriendo a las viejas grapas de Zinco.

La segunda parte es El contrato de Judas propiamente dicho. Personalmente, me parece un comic que sigue vigente hoy en día por el sólido guion y dibujo. Aprecio la caracterización de los personajes, que se comportan de una forma razonable y acorde a lo que se ha visto anteriormente... y más en comparación con cómics actuales donde un día Fulanito está a favor de esto y al otro, en contra, o que el dibujo es así o asá según el estado de ánimo del artista. Tal vez, el punto flojo es el hecho de que Pérez no se entintó a sí mismo, y en su lugar está Dick Giordano, que tenía un estilo excesivamente fino para un dibujo que pedía más volumen y consistencia. Aun así, es de agradecer la dedicación de Pérez por dibujar decenas de números consecutivos manteniendo un alto nivel de calidad.

LA EDICIÓN ESPAÑOLA 

En España esta historia fue publicada por Zinco mediante un sistema verdaderamente espantoso: los tres números y el Annual salieron de forma anticipada y como complemento entre los números 9 y 21 de Nuevos Titanes, omitiendo de paso las portadas originales. En 2006 Planeta DeAgostini la editó en mejores condiciones en Clásicos DC: Nuevos Titanes, pero en formato bolsillo. Y así es como se llega a esta edición en el coleccionable de Salvat, de la que difícilmente se puede decir algo malo: formato original, encuadernación en tapa dura, portadas originales... Es más, como sigue el esquema del tomo americano, recoge incluso los episodios previos y, como es característico de este coleccionable, también presenta una historia clásica.

sábado, junio 02, 2018

Cuánto te ahorras con los coleccionables de Salvat

(en construcción)

1-2. Batman: Silencio, parte 1-2
Edición de ECC: 25 €
Ahorro: 12,02 €

3. Superman: Tierra Uno, parte 1
Edición de ECC: 15,50 €
Ahorro: 2,51 €

4. JLA: La Torre de Babel
Edición de ECC: 15,95 €
Ahorro: 4,96 €

La edición de ECC contiene los números 47, 48 y 49 de JLA, que no están incluidos en el tomo de Salvat. Eso sí, este contiene una historia corta de un Secret Files and Origins que no está en el libro de ECC.  

5. Superman / Batman: Enemigos públicos
+ 24. Superman / Batman: Supergirl
Edición de ECC: 32,5 €
Ahorro: 6,52 €

La edición de ECC contiene el número 7 de Superman / Batman, que no está incluido en estos tomos de Salvat. 

6. Green Lantern: Origen secreto
Edición de ECC: 17,95 €
Ahorro: 4,96 €

8. Batman e hijo
Edición de ECC: 19,95 €
Ahorro: 6,96 €

La edición de ECC contienen los números 663 y 666 de Batman, que no están incluidos en el tomo de Salvat.  

9. Harley Quinn: Preludios y chistes malos
Edición de ECC: 19,5 €
Ahorro: 6,51 €

10-11. JLA: Año Uno
Edición de ECC: 31 €
Ahorro: 5,02 €

13. Superman: Tierra Uno, parte 2
Edición de ECC: 14,95 €
Ahorro: 1,96 €

14. Batman: Una muerte en la familia
Edición de ECC: 15,95 €
Ahorro: 2,96 €

17. JLA: Tierra 2
Edición de ECC: 15,95 €
Ahorro: 2,96 €

18. La muerte de Superman
Edición de ECC: 17,5 €
Ahorro: 4,51 €

19-20. Batman: El Largo Halloween, partes 1-2
Edición de ECC: 35
Ahorro: 4,02 €

22. Lex Luthor
Edición de ECC: 15,95 €
Ahorro: 2,96 €

23. Robin: Año Uno
Edición de ECC: 20,5 €
Ahorro: 7,51 €

25. Trinidad
Edición de ECC: 20,5 €
Ahorro: 7,51 €

37. Batgirl: Año Uno
Edición de ECC: 23 €
Ahorro: 10,01 €

44. Batman: Extrañas Apariciones
Edición de ECC: 17,95 €
Ahorro: 4,96 €

domingo, abril 29, 2018

[Artículo] La historia de WildStorm (1)

1991. El origen de WildStorm se remonta a los tiempos en que varios autores empezaron a trabajar juntos en un estudio. Homage no era una editorial, no era una línea de cómics... era el nombre que Whilce Portaccio (Uncanny X-Men) y Scott Williams dieron a su pequeño equipo de creativos, al cual se unieron tiempo después Jim Lee (X-Men) y Joe Chiodo. Empezaron humildemente en un loft que Williams tenía en San Diego, si bien con el paso del tiempo se trasladaron a varios locales. Bajo el mismo techo, estos autores se encargaban de varios cómics de Marvel como X-Men Uncanny X-Men, en los que se pueden encontrar referencias a este este estudio. Marc Silvestri (Wolverine) se unió también al equipo, siendo entonces cuando Homage se trasladó a una verdadera oficina.

Mientras tanto, Rob Liefeld (New Mutants, X-Force), disconforme con no tener derecho sobre sus creaciones en Marvel, había negociado con Malibu Comics el lanzamiento de una serie propia, la cual llegó a ser anunciada en la revista Comics Buyer's Guide. No se sabe con certeza el título, pero al parecer utilizaba la letra x, que generalmente se asocia a las series de X-Men, y que podía molestar a Marvel. El californiano habló de sus planes con Todd McFarlane (Spider-man), quien también estaba disgustado con Marvel por varios motivos: las fechas de entrega, la libertad creativa... y, sobre todo, el dinero. McFarlane empezó a ver sus dibujos de Spiderman en camisetas, en gorras... y él no ganaba un centavo por ello, ya que el personaje pertenece a Marvel. No estaba mal pagado (se estima que ganó más de seis mil euros por cada página de Spider-man), pero desde luego los beneficios de la editorial fueron mayores. El detonante final fue una viñeta que tuvo que cambiar, ya que a los editores no les pareció adecuado que se viera explícitamente cómo le clavaban a Juggernaut una espada en el ojo.

Mcfarlane pensó que si los dos abandonaban Marvel sería algo realmente impactante. Al fin y al cabo, el primer número de Spider-man había vendido dos millones y medio de ejemplares y el de X-Force, cuatro millones, así que en aquellos momentos, McFarlane y Liefeld eran los autores estrella de la editorial. Había otros que tenían más talento, pero nadie les ganaba en popularidad... excepto Jim Lee. Con gran visión para los negocios, McFarlane sabía que debía fichar a Lee si quería provocar un verdadero terremoto en la industria. El "chico de oro" era el dibujante de X-Men, de la que se habían vendido más de ocho de millones de ejemplares del primer número. Realmente, Lee no tenía grandes problemas por el trato concedido por Marvel hasta el momento, e incluso estaba en una posición privilegiada en la franquicia mutante: dibujaba X-Men, escribía los argumentos de esta y de Uncanny X-Men... y su compañero de estudio Portaccio hacía los dibujos de Uncanny. Todo iba bien... hasta que Marvel tuvo un gesto que no gustó a Lee: el dibujante iba a una convención de cómics y la editorial pagaba su billete de avión, pero se negó a pagar el de su esposa. Marvel explotaba sus dibujos en merchandising, había tenido el mejor año fiscal de su historia... y no era capaz de pagar el vuelo de su esposa.

Rob Liefeld, Todd McFarlane y Jim Lee.

En diciembre de 1991 McFarlaneLiefeld Lee se reunieron en las oficinas de Marvel con el presidente Terry Stewart y el editor Tom DeFalco para exponer su posición. No querían un simple aumento de sueldo, sino ser dueños de su trabajo y explotarlo comercialmente. Y eso no podían hacerlo en Marvel. El trío, por cortesía, se lo explicó también a DC Comics, tal vez por si estaba dispuesta a financiar y distribuir sus cómics. DC tenía una política más liberal en lo que se refiere a los derechos de autor, pero recientemente había sufrido el fracaso de Piranha Press, por lo que en estos momentos no contemplaba proyectos de este estilo. Los tres autores se lo explicaron también a otros con los que tenían cierta relación, con el fin de que se unieran a ellos. Las verdaderas estrellas eran ellos, pero cuantos más fueran el impacto sería mayor. Así que captaron a Erik Larsen (Spider-man), Marc Silvestri, Whilce Portaccio y Jim Valentino (Guardians of the Galaxy). Se dieron anécdotas como que Silvestri se enteró casi de casualidad o que Portaccio lo hizo al volver de un viaje a Filipinas. Valentino, que no era ni mucho menos uno de los fan-favourites, se vio como el patito feo del grupo. En su momento hubo ciertas dudas sobre quiénes eran realmente los fundadores de Image, ya que se nombraron muchos autores, como Chris Claremont o Dale Keown, pero finalmente los fundadores de Image fueron aquellos siete, con el caso especial de Portaccio, quien estuvo ausente casi dos años.

1992. Los inicios de Image fueron difíciles y se requirió de Malibu Comics, la cual proporcionó ayuda en aspectos técnicos como la producción o la distribución. Desde el principio, la idea era que Image iba a ser la marca paraguas de varias empresas independientes, cada una de las cuales pertenecería a uno de los miembros fundadores. Pero si crear Image ya había sido complicado, aún lo era más fundar sus propias empresas... todo esto, mientras hacían cómics, además de conceder decenas de entrevistas. Así es que tardaron algún tiempo en formalizar las cosas y, hasta entonces, se consideraría que Homage era una de las partes integrantes de Image.

En los inicios de Image salieron varias colecciones realizadas por este estudio: WildC.A.T.S (agosto de 1992), Cyberforce (octubre de 1992)... En teoría, esta editorial simulaba la idea de universo compartido de Marvel y DC, pero dado que cada autor era dueño de sus series, en la práctica no había una obligación. Hubo unos elementos que intentaron cohesionar este "universo Image", como los periodistas que salían cada dos por tres o el villano Over-Kill (propiedad de todos los fundadores de la editorial), pero también incoherencias, como que en los cómics de Liefeld el Gobierno estadounidense tenía unos proyectos (Youngblood) y en los de Lee, otros (Operaciones Internacionales). Con el paso del tiempo se haría evidente que lo más factible sería que cada autor o grupo de autores desarrollara sus historias de forma independiente.

Debido a la relación personal y laboral que había entre los miembros de Homage, las series de este estudio tenían una estrecha relación y tenían lugar en un mundo compartido. De hecho, muy pronto hubo un cruce (Killer Instict) que señaló la relación entre los personajes de Lee (WildC.A.T.S) y Silvestri (Cyberforce). Sin embargo, en lo que se refiere a la propiedad de las series, cada una pertenecía a su respectivo creador. Así es que Lee los registró a nombre de Aegis Entertainment, mientras que Silvestri lo hizo con Tow Cow. Al principio, todos aquellos títulos salían de Homage y se consideraba que había un "universo Homage", pero a medida que se crearon empresas y estudios propios, Homage se quedó en una simple anécdota.

Con Portaccio las cosas fueron diferentes. Debido a problemas personales (su hermana estaba gravemente enferma) Wetworks no aparecería hasta 1994, pese a que había debutado en una historia de complemento en WildC.A.T.S. y que había sido anunciada en varias ocasiones, hasta con guiones de Claremont. En espíritu, Portaccio era fundador de Image, pero oficialmente no era propietario de la empresa, ni siquiera de Wetworks, que también se registró a nombre de Aegis. Si apenas podía atender sus compromisos como dibujante, aun más difícil lo tenía para crear empresas. En definitiva, su trabajo se desarrollaría en la naciente empresa de Lee.

McFarlane optó por centrarse en una sola serie: Spawn. Sabía que si un lector se acercaba a la colección era por sus dibujos, no por un personaje desconocido o por un artista novel. Él era el reclamo de la serie, así que se dedicó a lo que consideraba que debía hacer: a editar, escribir, dibujar y entintar... así que Spawn salía si no mensualmente, al menos con bastante regularidad y, sin duda, con más que el resto de títulos de Image. Tal vez por esto McFarlane se hizo rápidamente un hueco en el mercado y durante años fue una de las series más vendidas en el mercado estadounidense. En cambio, con Lee, Silvestri o Liefeld las cosas fueron distintas.

De Youngblood, que fue la primera serie en aparecer, de su primer número se vendieron más de 300.000 ejemplares. Y Spawn WildC.A.T.S. mejoraron estos números. A Lee, como a sus compañeros, el éxito le llegó demasiado pronto. Siendo su propio jefe y con los bolsillos llenos, no tenía realmente la necesidad de hacer un comic todos los meses. Porque aunque las ventas de los primeros números de Image no alcanzaron las cifras de sus trabajos en Marvel, a cambio el margen de beneficios era mayor. Así es que WildC.A.T.S, que al principio estaba planteada como una serie limitada de cuatro números, tardó ocho meses en finalizar... y cuando continuó con un quinto, lo hizo en 1993, después de la friolera de siete meses.

viernes, abril 27, 2018

Mis compras en abril de 2018

Mis compras en abril de 2018.

Tiendas online

  • 100 balas nº 6
  • Detective Comics nº 4-5
  • Faith nº 2 
  • Generation Zero nº 2 
  • Harbinger Renegade nº 2 
  • Invencible nº 11
  • Justicia nº 1-2
  • Riesgo Suicida nº 3 
  • X-O Manowar nº 3

Tienda de Terra Còmic.

Segunda mano

  • Darth Vader nº 1
Wallapop.

viernes, abril 20, 2018

Errores de continuidad (1)

En esta nueva serie de entradas recopilaré errores de continuidad que detecto en los cómics de DC. La verdad, casi que podía hacer un blog solo sobre esto. Porque, tradicionalmente, DC no ha tenido en gran consideración la continuidad, de ahí los muchos fallos de coordinación entre las series, de errores de coherencia dentro de una misma colección... A ello contribuye que antiguamente las historias se ubicaban en múltiples tierras paralelas, que todo se reinició por una crisis, que... vaya, que seguir y entender la continuidad, o continuidades, de DC es una ardua tarea. Pero aquí intentaré reflexionar sobre ello.

En esta primera entrada hablaré de...

Nightwing: Año uno
Nightwing nº 101-106 (2005)

La Fortaleza de la Soledad

En el segundo episodio Nightwing se reúne con Superman en la Fortaleza de la Soledad... pero este lugar aún no puede existir. Me explico. Esta historia es una revisión de la conversión de Dick Grayson en Nightwing. Originalmente, esto pasó en la historia El contrato de Judas, que se publicó en los cómics de los Nuevos Titanes de 1984. Si repasamos un comic de Superman de ese año podemos encontrar la Fortaleza, pero insisto en que esto es una revisión desde el punto de vista post-Crisis. Porque en 1987 se renovó la continuidad del Universo DC y uno de los personajes más afectados fue Superman, tanto que todos los cómics previos a ese año fueron suprimidos en favor de la nueva versión de John Byrne. Este autor omitió el concepto de la Fortaleza, el cual, sin embargo, fue recuperado en 1990 por otros artistas.

Entre 1987 y 1990 Superman participó en varios eventos del Universo DC, como Legends (1987)... donde se puede ver que Jason Todd es Robin, en sustitución de Dick Grayson, que ya es Nightwing. Por tanto, si ponemos en orden estos hechos nos encontramos con que, primero, Dick se convierte en Nightwing; segundo, Superman y Robin participan en el evento; y tercero, aparece la Fortaleza de la Soledad. Así pues, es imposible que Dick, cuando aún no es Nightwing, se reúna con Superman en la Fortaleza, ya que estos hechos se ubican en los cómics de 1984, mientras que la Fortaleza llega en los cómics de 1990.

Dick Grayson en la Fortaleza de la Soledad. 
Es un error evidente de continuidad. Es más, podríamos pensar que como esta historia se publicó en 2005 y solo un año antes Superman había sufrido un, digamos, soft-reboot, como influencia de la televisiva Smallville, podría haber cambiado "algo"... pero no. Si nos fijamos en el dibujo, las estatuas dedicadas a Jor-El y Lara y el aspecto de la Fortaleza vienen de los diseños de Byrne.

miércoles, abril 04, 2018

Malas decisiones (1)

Hay decisiones de ECC que me gustan y que comparto, pero hay otras que me parecen realmente malas y que no entiendo. Esto me pasa, sobre todo, con las recopilaciones que hacen. Voy a ejemplificarlo.

Aquaman nº 5 (ECC).
Hace unos años hubo un cruce entre Aquaman y Justice League titulado El trono de Atlantis, el cual coincidió con el paso del dibujante Ivan Reis de una serie a la otra. ECC, con buen ojo, decidió publicar esta historia en la colección cuatrimestral del Rey de los Siete Mares. Me pareció una buena elección porque, como el propio título da a entender, es una aventura de Aquaman. Así que en esta colección editaron con normalidad los episodios de Aquaman y cuando llegó el momento, también los tres números correspondientes a Justice League.

Sin embargo, los lectores de la Liga se podían sentir molestos, ya que si querían leer esta historia y tener así esos tres números, debían comprar dos tomos de Aquaman que incluían material que no formaba parte de la trama, como el número 0 o una historia autoconclusiva protagonizada por Mera. ECC solucionó el problema, de nuevo con bastante acierto: publicaron un tomo en tapa blanda titulado Liga de la Justicia: El trono de Atlantis, donde editaron la historia completa y sin material ajeno.

El verdadero problema llegó con las reediciones tapa dura. De Aquaman sacaron La fosa (números 1 al 6) y Los Otros (7 al 13), así que el siguiente debería haber sido El trono de Atlantis, con los números 0, 14, 15, 16 y los tres de Justice League. Y el cuarto sería La muerte de un rey, con los números 17 al 25, dando por finalizada esta etapa. Parece sencillo, ¿verdad? Es seguir el orden numérico, el orden en que se publicaron las cosas... es repetir lo que hicieron en los tomos cuatrimestrales.

ECC lanzó un tomo titulado así, El trono de Atlantis... pero como parte de la colección en la que reeditaba la Liga. Entonces, el número 0, que no forma parte de la historia, lo omitieron. Y el 14, que es el prólogo, también se lo saltaron. Es raro, porque en el tomo en tapa blanda sí lo habían incluido. ¿Por qué en una edición sí y en la otra no? Así que cuando siguieron con la reedición del atlante en el libro La muerte de un rey, metieron el 0 y el 14 y de ahí pasaron al 17 en adelante. Así pues, si el lector quiere tener bien ordenada su colección en tapa dura de Aquaman, debe incrustar El trono de Atlantis en La muerte de un rey... solo que es físicamente imposible.

Que estés leyendo La muerte de un rey, que el número 14 es el prólogo a la siguiente historia... y que te encuentres con que te tienes que comprar un tomo fuera de la colección para leerla. Luego, volver y retomar la lectura de este libro. Personalmente, no me veo afectado porque tengo la colección de Aquaman en tomos cuatrimestrales y viendo todo esto, no la cambiaré. Esto no quita que me parece una decisión malísima. No entiendo cómo pudieron pensar que era una buena idea.