
El éxito de Gardner fue tal que después de pelear con Hal Jordan, dejó el Cuerpo de Green Lantern y pasó a protagonizar su propia serie limitada (Reborn) y, después, una regular (Guy Gardner), la cual cambió de nombre a partir del número 17 (Guy Gardner: Warrior).
Siguiendo las tendencias de los turbulentos años 90, el personaje adquiró una personalidad mucho más agresiva y violencia, además de sufrir cambios que lo hacían casi irreconocible. Guerrero, como se hacía llamar, descubriría que en realidad era el último descendiente de un híbrido entre humana y vuldariano, y su origen le dio un poder nuevo y muy acorde a su personalidad; podía generar cualquier arma blanca o de fuego. Alejado cada vez más del caracter que tanto había agradado, Gardner no pasaba de ser el típico antihéroe, y terminó perdiendo el interés de los lectores.
Sin saber qué hacer con él, los guionistas lo eligieron para hacer de víctima en Our Worlds at War. Su posterior resurrección quitó hierro al asunto, pero al menos sirvió de excusa para recuperar al Gardner más apreciado. Tanto es así que en Rebirth (Green Lantern de Geoff Johns nº 1) incluso se suprimió todo lo relacionado con el origen vuldariano.
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