[Reseña] Escuadrón Suicida: Patada en la boca

Guion: Adam Glass

Dibujo: Federico Dallocchio y otros

Portada: Ryan Benjamin

Edición: ECC, 2016. 16,95 euros.

Contiene Suicide Squad #1-7

★★★  Está bien

Las historias protagonizadas por villanos nos suelen llamar la atención porque estos pueden cruzar ciertas líneas éticas y morales con el fin de alcanzar sus objetivos. Batman no mataría. Seguramente, nosotros tampoco tendríamos la sangre fría para hacerlo. Pero los villanos no tienen por qué tener ningún reparo. Pasa entonces que cuando un villano goza de cierta popularidad, como puede ser Veneno, consigue sus propios cómics y toca convertirlo en un antihéroe, es decir, en una especie de término medio entre héroe y villano rebajando, paradójicamente, la violencia que acomete. 

En este sentido, pienso que uno de los aciertos que tiene el Escuadrón Suicida es que aun tratándose de un grupo de villanos, estos permanecen fieles a su caracteres. Si Deadshot podía matar a un político en ascenso en un país extranjero, ahora seguirá disparando esa bala. Si el Rey Tiburón se podía alimentar devorando a un policía que se enfrentó a él, ahora tampoco tendrá ningún problema en comérselo. En definitiva, son tipos que hacen cosas reprobables. Y el hecho de protagonizar la serie del Escuadrón Suicida no obliga a los guionistas a endulzarlos. Porque la propia trama, esa idea de que los EE.UU. tienen a villanos contra su voluntad acometiendo misiones suicidas para el Gobierno, es agria por sí misma. 

El Escuadrón es uno de los conceptos más interesantes que ofrece DC, el cual, sin embargo, no se ve necesariamente explotado en forma de buenos cómics. Si bien en 2011 fue uno de los elegidos para protagonizar una de las series de The New 52, desde la editorial no se esforzaron en conseguir un buen equipo creativo. Así es que mientras que Aquaman tenía a Ivan Reis y Batman a Greg Capullo, el Escuadrón contó con los dibujos de Federico Dallocchio, un dibujante de estilo neutro, poco creativo y algo aburrido, y que está lejos del nivel de los artistas mencionados. Siguiendo la estela de los dibujantes actuales, que no son capaces de hacer varios números seguidos, necesitó que le ayudaran, primero, Cliff Richards, y después Clayton Henry, otros dos que ni matan ni engordan. Así es que esta serie del Escuadrón no destaca precisamente por los dibujos. 

En cuanto al guion, la cosa mejora. Adam Glass parte de la base de que el Escuadrón Suicida ya existe, que está operativo desde hace algún tiempo y que no hace falta explicar el origen del grupo. Y hace bien. Porque, recordemos, este Nuevo Universo DC comenzaba en un Año 5 en el que los superhéroes (y los supervillanos) ya llevaban un lustro en activo. Lo que hace en el primer número es poner a los personajes en una situación extrema: durante una misión han sido apresados por los enemigos y serán torturados hasta que hablen sobre la Fuerza Especial X... con el inconveniente de que si lo hacen, la mismísima Amanda Waller hará volar sus cabezas. Literalmente. Esto hace ver el grado de fidelidad de los personajes hacia su jefa, aunque sea por motivos puramente personales (sus vidas, básicamente), así como la turbia posición de Waller, que aparenta ser un villano más que los propios villanos. A partir de aquí, la serie toma cierto ritmo encadenando una misión detrás de otra.

Se aprecia el esfuerzo de Glass por entender la serie que está escribiendo. Si esto es un comic de villanos, tiene que haber violencia, traición... Si algo hemos aprendido de otros cómics protagonizados por supervillanos, es que sus peores enemigos son ellos. A veces ellos mismos, otras sus propios compañeros. Deadshot y Harley Quinn pueden tener un encuentro casual... pero si a la próxima Harley tiene que morir, Deadshot no dudará en disparar. Esto es lo que hace interesante este tipo de series. Los personajes atienden a intereses personales, cada uno tiene diferentes límites morales... Deadshot tiene una hija y hará todo lo que sea por protegerla. En cambio, el Rey Tiburón no tiene ningún tipo de afinidad por nadie. 

También se siente el interés de Glass por integrar la serie en el Nuevo Universo DC y estrechar lazos con otros títulos del momento. Esto se ve principalmente en dos números en que Harley Quinn se entera de que el Joker ha muerto y se cuela en Arkham Assylum para conseguir la cara desollada de su "pastelito". Pero también en multitud de referencias a lo que pasa en otros cómics, como esa en la que Waller dice que "el cielo se está desplomando" por lo que acontece en Stormwatch. Y esto es algo llamativo porque desde los 2000 que se había venido imponiendo la política editorial de que no hubiera referencias entre series con el fin de que cuando se reeditaban en trade paperbacks se sintieran como auténticas novelas gráficas, y no como parte de algo más grande.  

Ciertamente, Glass no inventa nada. Pero al menos sabe lo que tiene que ofrecer en un comic de estas características y lo hace. Es una pena que los dibujos no acompañan. 

LA EDICIÓN ESPAÑOLA

Estos números de Suicide Squad se publicaron por primera vez en castellano en el tomo en tapa blanda El origen de Harley Quinn. Con motivo de la película del Escuadrón Suicida de 2016, se volvieron a publicar en este libro encuadernado en tapa dura. En 2023 se lanzó de nuevo este libro, esta vez dentro del coleccionable Héroes y villanos (Salvat).