En 1987
las dos series de Batman consiguieron grandes éxitos, pero también
sufrieron varias desgracias. Sobre la marcha, los equipos creativos cambiaron y hubo una sensación de incertidumbre sobre qué pasaría en el próximo número. A finales de este año, el editor Dennis O'Neil se
puso en contacto con Jim Starlin y le pidió que se ocupase de una saga.
Aunque hoy en día es muy habitual que una serie se estructure por arcos
argumentales cerrados, en los años 80 este concepto estaba dando sus
primeros pasos. "Lo que me propusieron inicialmente fue que escribirá la historia Las diez noches de la bestia. A O'Neil le gustó. Su idea era convertir la colección de Batman en una sucesión de miniseries dentro de la serie, cada una con un equipo creativo distinto" recordaba el autor. Este guionista y dibujante es conocido principalmente por diversos cómics protagonizados por personajes con poderes cósmicos que se enfrentan con extraterrestres en grandes guerras espaciales. Tanto es así que cuando fue anunciado como nuevo escritor de la serie del hombre murciélago, parecía… raro.
Su debut se dio en Batman nº 414 (diciembre de 1987), pero no con la historia prevista, sino con otra titulada Víctimas. "Lo que sucedió es que hice el primer par de episodios de Las diez noches de la bestia y entonces me dijeron que necesitaban un fill-in para el nº 414 porque Jim Aparo iba a volver a dibujar la serie. Así que escribí la historia y después hice otra con otro dibujante que no llegó a completarse y que debe estar algo así como perdido en el limbo. Así que en realidad no es que me nombraran guionista regular, sino que las cosas vinieron así". Se trata de un cómic bastante crudo en el que una muchacha llamada Kate es descuartizada. Desde luego no tiene nada que ver con lo uno podía esperar de Starlin. Al término del cómic la identidad del asesino queda en el aire, cosa que se resolvería en Batman nº 421 y 422 (julio y agosto de 1988).
Como dice el propio Starlin, con él también aterrizó a la colección Jim Aparo. Este artista había trabajado con el Hombre Murciélago en multitud de ocasiones, pero nunca en la serie regular del personaje, así que se trata de un hecho destacable. "Me alegré de recuperar a Aparo" dice O'Neil. "Es el sueño de cualquier guionista porque no importa qué clase de estupidez le pidas, él encontrará la manera de hacerlo. Y es aún más el sueño de cualquier editor porque puede hacer una página diaria y siempre será perfecta". Aparo era un dibujante de corte clásico y limitado en algunos aspectos, pero que cumplía de sobras con el trabajo. Su visualización de Batman es la de siempre y no reflejaba influencia alguna de David Mazuchelli. Es una pena, porque para el tipo de historias de Starlin no habría ido mal que Batman vistiese negro como en Año Uno para darle un toque más oscuro. También es cierto que aunque Starlin creo historias un tanto macabras, realmente no usó a Batman como una figura nocturna, como un vigilante taciturno... su Batman aparecía a la luz del día y era bien conocido por los ciudadanos.
En enero de 1988, en Batman nº 415, la serie se ve involucrada en el crossover
Millenium. Desde el éxito de Crisis on infinite earths en 1985-1986 que
DC organizaba cada año una gigantesca historia que sacuda a todas sus
publicaciones. Como parte de la compleja trama de Millenium, en este
cómic se desveló que James Gordon había sido reemplazado por un robot
Manhunter, además de aparecer el Espantapájaros y el Hombre Florónico.
En realidad Starlin no tenía interés alguno por todo esto, así que se
limitó a escribir el guión en base de las notas que la editorial le
proporcionó.
Su debut se dio en Batman nº 414 (diciembre de 1987), pero no con la historia prevista, sino con otra titulada Víctimas. "Lo que sucedió es que hice el primer par de episodios de Las diez noches de la bestia y entonces me dijeron que necesitaban un fill-in para el nº 414 porque Jim Aparo iba a volver a dibujar la serie. Así que escribí la historia y después hice otra con otro dibujante que no llegó a completarse y que debe estar algo así como perdido en el limbo. Así que en realidad no es que me nombraran guionista regular, sino que las cosas vinieron así". Se trata de un cómic bastante crudo en el que una muchacha llamada Kate es descuartizada. Desde luego no tiene nada que ver con lo uno podía esperar de Starlin. Al término del cómic la identidad del asesino queda en el aire, cosa que se resolvería en Batman nº 421 y 422 (julio y agosto de 1988).
Como dice el propio Starlin, con él también aterrizó a la colección Jim Aparo. Este artista había trabajado con el Hombre Murciélago en multitud de ocasiones, pero nunca en la serie regular del personaje, así que se trata de un hecho destacable. "Me alegré de recuperar a Aparo" dice O'Neil. "Es el sueño de cualquier guionista porque no importa qué clase de estupidez le pidas, él encontrará la manera de hacerlo. Y es aún más el sueño de cualquier editor porque puede hacer una página diaria y siempre será perfecta". Aparo era un dibujante de corte clásico y limitado en algunos aspectos, pero que cumplía de sobras con el trabajo. Su visualización de Batman es la de siempre y no reflejaba influencia alguna de David Mazuchelli. Es una pena, porque para el tipo de historias de Starlin no habría ido mal que Batman vistiese negro como en Año Uno para darle un toque más oscuro. También es cierto que aunque Starlin creo historias un tanto macabras, realmente no usó a Batman como una figura nocturna, como un vigilante taciturno... su Batman aparecía a la luz del día y era bien conocido por los ciudadanos.
El número
siguiente estuvo centrado en explicar cómo se ha quedado exactamente la
relación de Batman con Dick Grayson (el primer Robin y actual Nightwing)
y Jason Todd (segundo Robin). En 1987, y con la Crisis como excusa,
Jason fue reintroducido en la continuidad en Batman nº 408, ahora como
un joven que vive en la calle y que roba para sobrevivir. Batman se lo
llevaba con él, le adiestró durante meses, y le dio la identidad de Robin.
Hasta aquí todo bien, pero… ¿qué ocurría con sus apariciones antes de
Batman nº 408? Hasta ese momento Jason había tenido amistad con Dick,
fue miembro de los Nuevos Titanes… En Tales of the Teen Titans nº 50,
por ejemplo, Dick hablaba de Jason y le pedía a Bruce que lo adoptase.
Tal y como se explica en el número 408, Dick fue gravemente herido por
el Joker y Batman le persuadió para que dejase de ser Robin. Esto
conectaría con los cómics de los Nuevos Titanes de 1984 en los que había
tomado la identidad de Nightwing. La idea era respetar todo lo que se ha
contado hasta el momento (por ejemplo, se incluye una pequeña referencia
al cruce que hubo entre Batman and the Outsiders nº 5 y The New Teen
Titans nº 37), salvo lo referente a Jason, que es suprimido o modificado
de alguna forma que ignoramos. La cuestión es que en este cómic
Nightwing se reencontraba con su mentor después de 18 meses (los que en
teoría han pasado desde que dejó de ser Robin en el nº 408) y le pedía explicaciones de por qué ha decidido tomar a un nuevo muchacho. El cómic
giraba en torno a todo esto, mostrando un Batman muy tenso cuando está con Dick,
cosa que difiere bastante de los viejos tiempos en los que parecían una
feliz pareja. Sin duda, los tiempos han cambiado. Esta crispación que
hay entre ambos será muy explotada en el futuro para provocar
enfrentamientos entre maestro y alumno.
En Batman nº 417 comenzó por fin Las diez noches de la bestia. Starlin volvió a demostrar el enfoque que quiere darle a la serie. "No me gustan demasiado los supervillanos. No pienso hacer historias con la típica galería de villanos ni nada por el estilo. Prefiero hacer historias de crímenes con un componente de terror. Me lo paso mejor creando así la KGBestia, que intervendrá en "Las diez noches de la bestia" y no volverá a aparecer más, al menos por mi parte". La conclusión de esta historia fue bastante polémica, porque Batman decidió no enfrentarse a la KGBestia y optó por dejarlo encerrado, presumiblemente para que terminase muriendo por no tener posibilidad alguna de escapar. Parece mentira que la editorial aceptase publicar algo como esto porque uno de los mandamientos que Batman sigue al pie de la letra es el de no matar. No se explicitaba que la KGBestia fuese a morir allí, pero es lo único que se daba a entender. Estamos en una época en la que DC se muestra tremendamente rupturista. De hecho, en septiembre de 1988, en las series de Superman se dará otro ejemplo de esto cuando el hombre de acero asesine a varios kryptonianos. La DC de finales de los 80 estaba quitándose el sambenito de editorial acartonada y anquilosada a base de golpes de efecto como estos.
Starlin encadenó después tres capítulos autoconclusivos sin relevancia alguna y con los dibujantes Dave Cockrum en el primero y Mark Bright en los otros dos. Sólo es destacable el segundo, el Batman nº 424, que abre con una sorprendente portada en la que Robin deja morir a un hombre. Y no, no era un truco o un engaño. Felipe Garzonas, hijo de un embajador de Bogotá con inmunidad diplomática, escapa de la ley por más que Batman y Robin intentan detenerle por sus crímenes. Harto de que justicia no pueda hacer lo correcto, Robin terminaba yendo a por él a su apartamento. Cuando Batman llega minutos después se encontraba con que Felipe había caído por el balcón y muerto estampado contra tierra. Cuando se reunía con su pupilo se dio un breve pero intenso diálogo:
- Robin, ¿qué pasó? –se produce un silencio entre ambos- Robin, ¿Felipe se cayó… o lo empujaste?
- Supongo que lo asusté. Y resbaló.
Este hecho era un nuevo ejemplo de la actitud que los personajes DC tenían en esta época. Y en el caso de Robin se iba a convertir en un rasgo muy característico. Como decíamos antes, originalmente Jason Todd era distinto. Era un buen chico, un tipo agradable. Pero a raíz de la Crisis sus viejas apariciones fueron borradas de la continuidad, y la actual versión de este personaje es totalmente distinta. Es un chaval que se ha criado en la calle y que tiene una visión muy distinta de cómo se tienen que hacer las cosas que su predecesor, Dick Grayson, o Batman. Para b "Robin es una especie de agente. Me resulta difícil creer que un chico adolescente pueda enfrentarse a una banda de gangster como lo hace Batman. Me gusta más Batman en solitario". Estas palabras pueden parecer suaves, pero en el fondo el autor odia a Robin. Ha estado pidiendo su cabeza a la editorial. Lo quiere muerto. Lo curioso es que la opinión de Starlin coincide con la de muchos lectores, que reniegan de este Robin impulsivo y violento, tan distinto de Dick o del propio Jason en su versión pre-Crisis. Paradójicamente, le dieron un nuevo origen a Jason para que tuviera voz propia, que no fuera un simple remedo de Dick, y ahora que la tiene nadie quiere saber de él.
Esta situación se resuelvió en Una muerte en la familia, nuevo arco argumental publicado en Batman nº 426-428 (octubre-diciembre de 1988), tres números tan importantes como extensos, ya que contaban con el doble de páginas. Jim Aparo volvió a punto para hacer historia porque en esta saga… Robin muere.
En Batman nº 417 comenzó por fin Las diez noches de la bestia. Starlin volvió a demostrar el enfoque que quiere darle a la serie. "No me gustan demasiado los supervillanos. No pienso hacer historias con la típica galería de villanos ni nada por el estilo. Prefiero hacer historias de crímenes con un componente de terror. Me lo paso mejor creando así la KGBestia, que intervendrá en "Las diez noches de la bestia" y no volverá a aparecer más, al menos por mi parte". La conclusión de esta historia fue bastante polémica, porque Batman decidió no enfrentarse a la KGBestia y optó por dejarlo encerrado, presumiblemente para que terminase muriendo por no tener posibilidad alguna de escapar. Parece mentira que la editorial aceptase publicar algo como esto porque uno de los mandamientos que Batman sigue al pie de la letra es el de no matar. No se explicitaba que la KGBestia fuese a morir allí, pero es lo único que se daba a entender. Estamos en una época en la que DC se muestra tremendamente rupturista. De hecho, en septiembre de 1988, en las series de Superman se dará otro ejemplo de esto cuando el hombre de acero asesine a varios kryptonianos. La DC de finales de los 80 estaba quitándose el sambenito de editorial acartonada y anquilosada a base de golpes de efecto como estos.
Starlin encadenó después tres capítulos autoconclusivos sin relevancia alguna y con los dibujantes Dave Cockrum en el primero y Mark Bright en los otros dos. Sólo es destacable el segundo, el Batman nº 424, que abre con una sorprendente portada en la que Robin deja morir a un hombre. Y no, no era un truco o un engaño. Felipe Garzonas, hijo de un embajador de Bogotá con inmunidad diplomática, escapa de la ley por más que Batman y Robin intentan detenerle por sus crímenes. Harto de que justicia no pueda hacer lo correcto, Robin terminaba yendo a por él a su apartamento. Cuando Batman llega minutos después se encontraba con que Felipe había caído por el balcón y muerto estampado contra tierra. Cuando se reunía con su pupilo se dio un breve pero intenso diálogo:
- Robin, ¿qué pasó? –se produce un silencio entre ambos- Robin, ¿Felipe se cayó… o lo empujaste?
- Supongo que lo asusté. Y resbaló.
Este hecho era un nuevo ejemplo de la actitud que los personajes DC tenían en esta época. Y en el caso de Robin se iba a convertir en un rasgo muy característico. Como decíamos antes, originalmente Jason Todd era distinto. Era un buen chico, un tipo agradable. Pero a raíz de la Crisis sus viejas apariciones fueron borradas de la continuidad, y la actual versión de este personaje es totalmente distinta. Es un chaval que se ha criado en la calle y que tiene una visión muy distinta de cómo se tienen que hacer las cosas que su predecesor, Dick Grayson, o Batman. Para b "Robin es una especie de agente. Me resulta difícil creer que un chico adolescente pueda enfrentarse a una banda de gangster como lo hace Batman. Me gusta más Batman en solitario". Estas palabras pueden parecer suaves, pero en el fondo el autor odia a Robin. Ha estado pidiendo su cabeza a la editorial. Lo quiere muerto. Lo curioso es que la opinión de Starlin coincide con la de muchos lectores, que reniegan de este Robin impulsivo y violento, tan distinto de Dick o del propio Jason en su versión pre-Crisis. Paradójicamente, le dieron un nuevo origen a Jason para que tuviera voz propia, que no fuera un simple remedo de Dick, y ahora que la tiene nadie quiere saber de él.
Esta situación se resuelvió en Una muerte en la familia, nuevo arco argumental publicado en Batman nº 426-428 (octubre-diciembre de 1988), tres números tan importantes como extensos, ya que contaban con el doble de páginas. Jim Aparo volvió a punto para hacer historia porque en esta saga… Robin muere.
Este año se publica también Batman Annual nº 12.
Miguel Angel, del blog Journey into night, describe así el cómic:
Bruce Wayne es invitado a una mansión para un tétrico juego de suspenso. Todos los invitados, aburridos millonarios, asumen una identidad para el juego: la mujer fatal, la sirvienta, el mayordomo, etcétera, y entre todos ellos, existe un asesino (fingido también) y se irán dando pistas para resolver el misterio. Predeciblemente, aparece una víctima, y nadie sabe si se trata del mismo juegos o realmente existe un asesino en la mansión. Pero no se dejen engañar por la premisa, es una verdadera historia de suspenso, con un final nada predecible... aunque, bueno, con un sabor a Stephen King. Como complemento a este especial anual, viene un historia muy moralista de Jason Todd, con sólo dos elementos rescatables: el dibujo de Norm Breyfogle y el poder apreciar esa faceta cotidiana del pequeño e impulsivo Robin.
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