Cuando comienzo a seguir una serie suele ser porque me interesa el argumento, porque me gustan los autores que la hacen... Por eso mismo, me molesta cuando se cambia radicalmente el planteamiento, sobre todo si esa redirección se da a los pocos episodios. Lo normal es pensar que cuando se plantea la publicación de una serie se establece cuál será el argumento de, al menos, el primer año, que el guionista será tal y el dibujante, siempre que pueda cumplir con las fechas de entrega, será cual. Sin embargo, en los últimos tiempos venimos asistiendo a interrupciones de ese planteamiento que llegan de un día para otro, cuando apenas se han publicado unos pocos episodios. Uno de los casos más sangrantes es el de Batman and the Outsiders, un ejemplo perfecto de cómo hacer una serie abocada al fracaso creativo y comercial.
Entre 2003 y 2007 se publicó una serie titulada simplemente Outsiders, donde Judd Winick nos mostraba el lado oscuro del Universo DC a través de un grupo de vigilantes, antihéroes y rarezas. De lo que el guionistaba pensaba que iba a hacer a lo que finalmente se vio sobre el papel había un mundo, pues a veces parecía que se contradecía a sí mismo introduciendo personajes y tramas que no pegaban con el resto de la serie. Si a esto sumamos el continuo baile de dibujantes, a cada cual peor, es comprensible que Outsiders es una serie que ha quedado en el olvido para muchos lectores. Si acaso, somos los lectores españoles quienes podemos recordarla con cierto aprecio, pues fue una de las primeras series que editó Planeta DeAgostini en 2005. Al menos, todo hay que decir que Winick se podía poner deacuerdo consigo mismo y, pese a algunas interrupciones provocadas por eventos (Crisis Infinita, Checkout), la serie tenía cierta coherencia.
Cuando Judd Winick decidió dejar la colección en el número 50, DC Comics encargó entonces el trabajo a Tony Bedard, quien preparó una serie limitada titulada Outsiders: Five of a kind que allanaría el terreno a una nueva serie regular: Batman and the Outsiders. Sí, el mismísimo Hombre Murciélago volvería a liderar este grupo como y había hecho en la serie original de los años 80. Además, se recuperaría a uno de sus integrantes clásicos, Katana, como también se mantendría a Metamorfo, que ya venía apareciendo en la serie anterior. Por su parte, Grace, un personaje característico de la etapa de Winick, seguiría en el grupo para que la transición fuese natural, igual que el hijo del Capitán Bumerán. La diferencia estaba, principalmente, en la exclusión de Nightwing y Arsenal y la entrada en escena de dos personajes populares: Catwoman y el Detective Marciano. Dado que los Outsiders debían trabajar desde las sombras, tenía sentido contar con la sutil gatúbela y un marciano metamorfo.
Sin embargo, muy pronto llegaron los problemas. Lo primero fue que Ryan Sook dibujó una portada para el primer número donde el Detective Marciano lucía su clásico traje, mientras que por entonces había cambiado su vestimenta, así es que tuvo que modificar el aspecto de J'onn J'onnz para mostrar el actual aspecto. Lo segundo y más importante fue que Tony Bedard dejó -o tuvo que dejar- la serie, por lo que la editorial recurrió a otro guionista: Chuck Dixon. Y como este no estaba contento con el planteamiento del otro, volvieron los cambios: el Detective Marciano fue sustituido por Geofuerza, el Capitán Bumerán por Green Arrow y se incorporó Trueno, otro personaje fundamental en la etapa de Judd Winick. De nuevo, Sook tuvo que modificar la portada para acomodarla a los deseos del nuevo guionista. A todo esto, hay que decir el fichaje de Dixon fue muy bien recibido por los lectores, pues se trataba de un guionista con mucha experiencia en su haber y que había escrito etapas francamente entretenidas en Detective Comics, Robin o Nightwing. También se había ocupado durante una temporada de Green Arrow, por lo que parecía lógico que introdujese a Oliver Queen en esta serie. Por fin, en diciembre de 2007 comenzó la publicación de Batman and the Outsiders y todo parecía ir sobre ruedas.
Cuando apenas habían pasado unos pocos meses, Chuck Dixon se encontró con que un hecho inusual: resulta que Grant Morrison, quien dirigía los designios de Batman, había decidido matar ni más ni menos que al propio Hombre Murciélago. Esto ocurriría en una saga titulada RIP y para aprovechar el tirón comercial, DC Comics involucró todas las batseries en mayor o menor medida. Así pues, a partir del número 11 Batman and the Outsiders comenzó a girar sin ton ni son sobre esta historia, sin poder aportar nada y sin poder contar una historia propia. Dixon, que obviamente tenía planes a largo plazo para la colección, se encontró con que no podía llevarlos a cabo y peor aun, al mandamás Dan Didio le molestó que el guionista pudiese plantear nada a largo plazo. Las discrepancias entre ambos llevaron al despido fulminante del guionista, quien declararía que en comparación con la DC actual, "la Marvel de Jim Shooter parecía una comuna de hippies". Evidentemente, los lectores se posicionaron en favor de Dixon. Al fin y al cabo, ¿qué sentido podía tener una serie titulada Batman and the Outsiders... si Batman estaba bajo tierra?
El mal ya estaba hecho, pero como se suele decir, el espectáculo tenía que continuar. La serie siguió publicándose sin ningún tipo de rumbo hasta el número 14, el último en contar con Batman en el título. A partir del número 15 (abril de 2009) pasó a titularse simplemente The Outsiders mientras entraba Peter Tomasi como nuevo guionista e iniciando una etapa con un equipo distinto: volvían Halo y Relámpago Negro y entraban Owlman y Creeper. De nuevo, para llamar la atención sobre la serie se publicó previamente un comic, este titulado Batman and the Outsiders Special, el cual contaba con el aliciente añadido de Adam Kubert como dibujante. En este tebeo se explicaba que en caso de muerte, Bruce Wayne quería que los Outsiders siguiesen adelante con su legado, y que les cedía la Batcueva como base de operaciones. De ahí la acción saltaba al mencionado número 15, donde se iniciaba una aventura completa en seis partes.
Otra vez, las cosas parecían funcionar correctamente, pero... Resulta que mientras se publicaban esos seis episodios, también Grant Morrison hacía otros seis de Batman and Robin, y allí se veía claramente a Dick Grayson y Damian Wayne usar la Batcueva. Para evitar discrepancias, el número 21 (octubre de 2009) comenzaba con que los Outsiders volvían de la misión anterior y descubrían que no podían seguir usando la Batcueva. Esto es un auténtico absurdo, ya que aunque esa aventura se desarrolló en seis números y se publicó durante seis meses, para los personajes apenas habían pasado unas horas. Así pues, estos nuevos y flamantes Outsiders se vieron desprovistos de su propio cuartel general en apenas unas horas. Esto es lo que se dice comenzar con mal pie, ¿eh? Lo más gracioso vino cuando con apenas unos pocos números publicados, la serie ya se vio metida en otro crossover: La noche más oscura. Al menos, aquí Peter Tomasi sabía cómo manejar el asunto, pues él estaba detrás de la concepción de este evento. Pero lo más sorprendente fue que cuando solo llevaba un año en The Outsiders, la dejó en el número 25 (febrero de 2010). Desde luego, la etapa había comenzado fatal por las circunstancias explicadas, pero quién sabe si con el tiempo hubiese podido levantar el vuelo.
Como no puede ser otra forma, la serie siguió publicándose pese a que nadie sabía ya de qué iba exactamente. Ya no era el grupo de Batman para operaciones encubiertas, tampoco el grupo que heredaba el legado del Hombre Murciélago, era... quién sabe qué era. Es más, el guionista elegido fue el mismísimo Dan Didio -presumiblemente, se eligió a sí mismo. Si Chuck Dixon puso unos personajes, luego Peter Tomasi cambió la alineación... Didio no iba a ser menos. Tomando como referencia la espantosa serie de los Outsiders de los años 90, primero recuperó para sus filas al Erradicador, y después hizo volver a algunos miembros clásicos como Looker. A los dibujos puso a Philip Tan, probablemente uno de los artistas más feístas de DC Comics, pero a juego con esta etapa que tendría más sombras que luces.
Cuando el propio Dan Didio ya debía tener entre manos el lanzamiento del Nuevo Universo DC y sabía que le quedaban cuatro telediarios a los Outsiders, aguantó hasta el final la agonía de esta serie y aun tuvo la osadía de involucrarla en un crossover innecesario titulado Reign of Doomsday. Al fin, este esperpento de serie terminó en el número 39 (junio de 2011) habiendo pasado por tres relanzamientos, tres crossovers, un continuo cambio de dibujantes y una alineación tan variable que casi parecía la Legión de Superhéroes.
Pese a todo, ahí tenemos las buenas vibraciones que transmitían los primeros episodios escritos por Chuck Dixon y, por cierto, dibujados estupendamente por los españoles Julián López, Carlos Rodríguez y Bit. En EEUU se reeditaron en dos tomos (The Chrysalis y The Snare) y en España se publicaron en la serie en grapa Batman y los Outsiders. La correspondiente etapa de Peter Tomasi también fue publicada en nuestras tierras y en formato tomo, si bien el especial dibujado por Adam Kubert se incluyó en el último número de la mencionada serie en grapa. Respecto a la etapa de Dan Didio, simplemente quedó inédita.
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De Outsiders a The Outsiders pasando por Batman and the Outsiders
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