El primer número de Clásicos DC: Cuarto Mundo de Jack Kirby salió a la venta en septiembre de 2005 y ya allí se anunciaba la aparición de otra colección dedicada a publicar Nuevos Titanes, la cual efectivamente salió en octubre del mismo año. En este caso, Planeta DeAgostini sorprendió a todos publicando los cómics de Marv Wolfman y George Pérez "a todo color" -un lema habitual en otros tiempos y que esta editorial recuperaba en sus anuncios, presumiblemente como un guiño a los lectores veteranos. Otra diferencia, desgraciadamente, también estaba en que el número de páginas era menor (poco más de 100) y el precio, mayor (7,5 € cada número). Para colmo, y esto es una apreciación personal, el logotipo utilizado era verdaderamente espantoso.
Cuando el primer número llegó a las manos de los lectores, la sorpresa fue mayúscula. Y no por la calidad de los cómics, precisamente. Las buenas impresiones que había dejado el primer episodio del Cuarto Mundo se diluyeron entre los gazapos que se podían encontrar en Nuevos Titanes -el detalle más sonrojante fue confundir DC con Marvel a la hora de señalar el origen de una portada. Y, de nuevo, las traducciones eran muy cuestionables. Así es que, en general, parecía que estábamos ante una edición mejorable, más aun cuando a los pocos números se comenzaron a incluir capítulos con un aspecto... borroso. Hasta entonces, la editorial española recurría a los recopilatorios americanos, para los que DC Comics había restaurado las páginas de Pérez, pero a partir de cierto punto de la colección el único material disponible estaba escaneado. Y estaba muy mal escaneado. Planeta comenzó a publicar cómics de una forma poco agradable para los lectores, quienes desde luego no se encontraban con un producto acorde a las expectativas. El debate era: ¿realmente vale la pena publicar así? Evidentemente, la editorial española pensaba que sí y, presumiblemente, las ventas acompañaban, así que los lectores le seguían el juego. De hecho, Clásicos DC: Nuevos Titanes alcazó los 40 números.
Mientras tanto, en diciembre de 2005 se puso a la venta el primer número de JLA / JLE, o lo que es lo mismo, la reedición de la etapa de Keith Giffen, J. M. DeMatteis y Kevin Maguire en la Liga de la Justicia. Al igual que los Nuevos Titanes, todos estos cómics habían sido publicados en su momento por Ediciones Zinco, pero muchos no habían podido disfrutarlos o no conseguían completar sus colecciones, así que parecía una buena idea recuperarlos. Una vez más, se apelaba a la nostalgia del lector español -en detrimento de material inédito y protagonizado por los principales personajes de DC Comics. En esta ocasión, y dado que había que publicar muchísimos cómics -recordemos que había dos series regulares, una de la Liga americana y otra de la europa-, los tomos eran muy voluminosos y, la verdad, Planeta se portó muy bien a la hora de fijar los precios. Para que os hagáis una idea, el segundo número tenía una relación de 224 páginas por 9,95 €, que está francamente bien.
Sin embargo, JLA / JLE resultó un pequeño fiasco para los lectores más exigentes. Para empezar con mal pie, el segundo tomo incluía el segundo Anual de la serie, pero... no se publicó el primero. La razón, digo yo, estaba en que se echó mano del recopilatorio americano -esta frase comienza a ser repetitiva, ¿verdad?-, el cual tampoco incluía ese primer Anual. Cabía esperar que Planeta haría un esfuerzo por recuperarlo, pero no fue así.
En lo que se refiere a
reproducir las portadas originales, cada número era una auténtica
lotería: en los dos primeros no se incluía ninguna, en el tercero sí e
incluso bien puestas justo antes de cada episodio, en el cuarto se
publicaron, pero solapadas de tal forma que no se apreciaban
íntegramente... En cuanto a la traducción, se corregían algunos errores
de la vieja edición de Zinco, es cierto, pero también se colaban nuevos
gazapos, además de cambios incómodos, como cambiar el clásico "Bwah ha
ha ha" por un "Mua ja ja ja". Y qué decir del mensaje "Ayuda" que Blue
Beetle escribía en un cristal... solo que en la edición de Planeta, era
incomprensible porque se veía al revés.
No quiero hacer sangre, pero... ¡agh! Es que veo la portada del número 4 y no puedo evitar decirlo. Mirad la cabeza de Metamorfo: ¡se ven letras! Y fijaos en la esquina inferior izquierda: en la portada original hay un rectángulo que tapa parte del dibujo de Blue Beetle y Fuego. En cambio, la edición española no lo tiene... y para ello, alguien de Forja Digital redibujó el trabajo de Kevin Maguire. Lo podéis apreciar por que el entintado es muy delicado, con líneas delgadas, mientras que en esa parte se vuelven muy gruesas y toscas.
Si las Bibliotecas Marvel se caracterizaban por contar con la voluntad de hacer bien las cosas, con los Clásicos DC se era mucho más descuidado. Fijémonos en que las Bibliotecas Marvel hasta se incluían
curiosidades en forma de dibujos perdidos, estudios de personajes o
portadas de viejas ediciones españolas, mientras que los Clásicos DC no ofrecían ningún tipo de añadido extra. Tal vez, la razón de esto estaba en que mientras que aquellas colecciones tenían como promotores a personas como Alejandro Viturtia o Raimon Fonseca, que eran auténticos apasionados de Marvel y aportaban todo lo que estaba en sus manos, para DC no había nadie que tuviese ese perfil.
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