En 2005 la Legión de Superhéroes vivió un nuevo relanzamiento a cargo de Mark Waid y Barry Kitson. No era la primera que las ventas flojeaban y había que renumerar la colección y recurrir a otros autores, tampoco que incluso se hacía borrón y cuenta nueva: ya en 1994, la continuidad clásica de la Legión había sido suprimida para dar paso a una segunda versión. Esta vez, se trataba de comenzar desde cero otra vez dando lugar a la tercera versión de los legionarios.
La serie surgió a partir de un pequeño evento en Teen Titans y el comic Teen Titans / Legion Special -¡la Legión no tenía serie propia!-, los mencionados autores la realizaron hasta que en el número 31 entró Tony Bedard como guionista y, posteriormente, el mítico Jim Shooter, quien la condujo hasta el 50, el último de la colección. Entre medias hubo intentos de llamar la atención del público, como cuando a partir del número 16 se cambió el título por Supergirl and the Legion of Superheroes, o que con dibujos de Francis Manapul el diseño de los trajes incorporó la L en los cinturores de los legionarios.
Sin embargo, pese a la calidad incuestionable de esta colección, lo cierto es que no consiguió ganarse el cariño de los lectores: para los veteranos, era muy distinta de todo lo que solía ser la Legión, y los nuevos... suponemos que tampoco había muchos lectores nuevos, después de todo. Así es que una vez cancelada la serie, faltaba por ver qué pasaba con esta versión de los personajes. Esto se resolvió en Legión de tres mundos, donde muy acertadamente Geoff Johns señaló que se trataba de la Legión de Superhéroes de Tierra-Prime, y digo acertadamente porque en ese mundo los superhéroes son personajes de comic y en el siglo 31 estos legionarios devoraban los tebeos de sus héroes del pasado.
A la vista de todo lo acontencido desde el cierre de esta serie, uno no sabe si pensar si ha sido para bien o para mal. El regreso de la Legión original dio lugar a Superman y la Legión de Superhéroes y a la mencionada Legión de tres mundos, probablemente dos de los mejores cómics protagonizados por estos personajes en mucho, mucho tiempo, pero las posteriores historias escritas por Paul Levitz no han estado a las alturas de las expectativas. Así es que si revisamos el trabajo que hicieron Waid y Kitson, la verdad es que a la larga hemos salido perdiendo.
En esta continuidad Cósmico, Relámpago y Saturn Girl siguen siendo los tres legionarios originales, pero no se hace referencia alguna a que se reuniesen salvando la vida de R. J. Brande, ni este tuvo algo que ver en la fundación de grupo. Esta Legión surge con el fin de romper con un mundo en el que todo es "seguridad, estabilidad y orden", donde la sociedad se ha deshumanizado al perder la libertad individual y el trato personal.
Los legionarios tienen la vista puesta en los ideales del lejano siglo
21, la cual conocen a través de cómics -de DC, por supuesto-. Esto, por
cierto, genera situaciones cómicas, como que intentan seguir los
"rituales de una cita" tal y como se mostraban en cómics clásicos, dando "vegetaciones" a la chica.
También adoran la edad heroica, se inspiran en los viejos superhéroes
adoptando los nombres con adjetivos y género (Super-man, Bat-man,
Wonder-Girl) y e incluso juegan a recrear situaciones que ven en los cómics, como cuando Lois
Lane intenta demostrar que Clark Kent es Superman. Son adolescentes,
pero en esta época no pueden desenvolverse como lo haría un muchacho de
su edad: no está bien visto reunirse en la calle, conocer a una chica en
un bar o tener la libertad de ir a donde a uno le plazca. En cierto modo, son unos hippies del siglo 31. Reinvindican otra forma de vida porque saben que las cosas pueden ser mucho mejores. En ese proceso de adoración hacia el pasado, también se convierten en cierto modo en unos freaks del futuro: en su cuartel general tienen una sala llena de objetos del pasado: cómics, una batería de música, un futbolín... Allí, un coleccionista de cómics y de figuras de acción estaría muy bien visto.
Sin embargo, desde el punto de vista de los adultos, los legionarios son unos anarquistas que
quieren romper con el sistema que ha traído la paz a los Planetas Unidos, una organización interplanetaria formada por la Tierra y muchos otros planetas. Para los adultos, los legionarios no son superhéroes y no hay nada de heroicidad en lo que hacen, prefieriendo que la Policía Científica se ocupe de todos los asuntos. La demonización de la Legión llega hasta el punto de que se cree que los jóvenes se unen a ellos porque, de alguna forma, Brainiac 5 les manipula la mente.
En esta versión, el concepto legión adquiere una mayor trascendencia, pues cualquier muchacho del universo que sigue los ideales de la Legión se puede considerar miembro del grupo. Así es que aunque hay un grupo central de unos 20 legionarios, también hay miles de jóvenes los apoyan, que lucen con honor la L en sus camisetas o gesticulan esta letra a la hora de saludar. Casi como si fuese el movimiento del 15-M, cuando cientos de personas acamparon en la Puerta de Sol, en Madrid, aquí se puede ver a cientos de muchachos acampando alrededor del cuartel general de la Legión para evitar que la Policía Científica les ataque.
La Legión de Superhéroes de Mark Waid y Barry Kitson fue además un comic original en muchos sentidos, como aprovechar las posibilidades de narración que concende el medio. Tal vez, uno de los mejores ejemplos de esto es la siguiente secuencia: dos hombres hablan, a uno le vemos sentado en una oscura sala y al otro a través de un monitor. A medida que pasan las viñetas, los globos de texto de este segundo individuo se repiten, al principio cortados por la propia viñeta, luego íntegramente. Y así hasta que la cámara va girando y se aclara lo que al principio parecía un error del comic: en realidad, ese segundo invididuo está en la misma sala que el otro y pese a estar juntos, prefieren hablar a través de un aparato. Así es la sociedad de siglo 31, algo que no es tan descabellado si pensamos en la forma en que comenzamos a socializar hoy en día, cuando todos tenemos teléfonos de última tecnología.
A diferencia de las series anteriores, en esta los legionarios aparecen de forma dosificada, de modo que un episodio puede estar centado en un solo personaje y a su alrededor aparecen solo unos pocos de forma puntual. Este cambio se hizo para evitar el principal problema que sufre la Legión: con tantísimos personajes, los lectores se pueden sentir confusos. Gracias a este cambio, Waid también profundizó en el caracter de los personajes de un modo que no se había hecho entonces. Las historias de Triplicada o Chica Fantasma, por ejemplo, tienen momentos verdaderamente entrañables. Es fácil encariñarse con los personajes cuando el comic se detiene en explicarnos quiénes son.
Con la marcha de Mark Waid la serie se volvió más superheroica y menos reivindicativa perdiendo así lo que la hacía original, precisamente. Esto no significa que terminase siendo una mala serie, solo es que no tenía la personalidad que mostraba durante su primer año y pico de publicación.
En España, esta serie fue publicada por Planeta DeAgostini en cuatro libros titulados Legión de Superhéroes, la serie regular Supergirl y la Legión de Superhéroes y el libro La búsqueda de Cósmico. Solo quedaron inéditos los números escritos por Jim Shooter.
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