Guion: Geoff Johns
Dibujo: Gary Frank
Portada: Gary Frank
Recopila Superman: Secret Origin nº 1-6 (2009)
A lo largo y ancho de sus 75 años de historia el origen de Superman ha sido revisionado en multitud de ocasiones, aportando en cada una de ellas nuevos elementos que enriquerían la leyenda de este personaje. A veces, esos cambios eran tremendamente positivos y permitían durante años generar historias que, si no hubiesen producido, no habrían sido posibles. Otras veces, los cambios resultaban insustanciales y, peor aun, no hacían más que marear al lector. Desde el comienzo de este siglo se han prodigado las reinterpretaciones del Hombre de Acero, si bien la publicada en 2009 parecía la definitiva. Se trata de Secret Origin, una serie limitada de seis números realizada por un equipo creativo de lujo (Geoff Johns y Gary Frank), que cuenta el origen de personaje remitiendo claramente a la época de la Edad de Plata y con importantes influencias de las películas (las dos primeras dirigidas por Richard Donner) y series de televisión (Smallville, concretamente), hasta el punto de que Superman es dibujado con la cara de Christopher Reeve. También se aprovechan ideas procedentes de otras versiones, como las de John Byrne referentes al Lex Luthor empresario y dueño en la práctica de Metrópolis, o a la primera aparición pública de Superman, que conmociona a la gente.
Aunque esta historia se publicó como una serie limitada propia, en realidad venía a pertenecer a la etapa que Geoff Johns había iniciado en Action Comics en 2006. De hecho, se puede decir que es la culminación del trabajo de este guionista: cuando las aventuras de Superman fueron relanzadas ese año a raíz de Crisis Infinita, la continuidad del personaje estaba abierta a cambios y estos se presentarían poco a poco, pero no fue hasta Secret Origin cuando se pusieron en orden y se presentaron de forma cronológica. Entre 2006 y 2009 los lectores fuimos descubriendo paulatinamente en qué consistían esos cambios: en el arco Up, up and away! (Superman: Un año después) nos encontramos con un Lex Luthor que volvía a ser un científico loco; en Último hijo conocimos al General Zod y el resto de kryptonianos atrapados en la Zona Fantasma siguiendo con la versión de las películas; en Superman y la Legión de Superhéroes quedó claro que el personaje había sido Superboy durante su infancia y también un legionario... El Krypton de Richard Donner se convertía en el canon, presentando en los cómics un mundo plagado de formas cristalinas y científicos que vestían de blanco impoluto. La serie Smallville, en boga en esos momentos, también dejaba su impronta en los tebeos, pues el argumento giraba en torno a la amistad de Clark y Lex cuando eran jóvenes y vivían en Kansas; una idea peregrina, sí, pero que en realidad era originaria de viejos cómics de la Edad de Plata y que sería adaptada a los actuales. En definitiva, Secret Origin cumplió con su objetivo de presentar un comic que sirviese como introducción al personaje, pues repasaba el que debía ser el origen definitivo de Superman.
Tal vez, el problema de Secret Origin está que no cuenta una historia propia, sino que recopila muchas ideas aisladas y Geoff Johns no las termina de hilar. Un lector neófito se puede preguntar qué pasa entonces con Lana Lang, que aparece en el primer capítulo y no vuelve a aparecer en el resto de la serie, o quiénes son esos personajes (Brainiac, General Zod, Juicio Final) que en un momento dado aparecen cuando se narra el origen de Krypton. Digamos que el guionista acierta al hacer hincapié en algunos temas, pero otros los deja en el aire, dando por hecho que los lectores sabemos de qué van o que compraremos otros cómics para saberlo. Así es que en algunos momentos se juega con la complicidad de los lectores veteranos, que sonreímos cuando llega un cohete a Smallville y sabemos QUIÉN va dentro, y en otros casi parece una promoción de otros cómics, como el mencionado Último hijo. Hay un poco de todo, en este sentido. Personalmente, me incomoda la poca atención que se le presta a la destrucción de Krypton... o mejor dicho, la nula atención, pues no se le dedica más que unas palabras en boca de Jor-El. Para ser el origen definitivo de Superman, sorprende que un hito tan fundamental como este no se muestre en ningún momento, aun siendo tan popular que no hace falta ni explicarlo. Dejando a un lado la construcción de la historia, los diálogos de Johns son funcionales y, en algún momento puntual, rozan la perfección. De hecho, podemos encontrar algunos que fueron reciclados para la película Man of Steel (2013).
Si centramos la atención sobre Gary Frank, poco se puede decir de este dibujante que no se haya dicho anteriormente: dibujo detallista, perfecta caracterización de los personajes, narración estupenda... A mí lo que me encanta es que dibuja a Superman con un aspecto musculado, pero dentro de las posibilidades humanas, esto es que no lo dibuja como si fuese un armario empotrado. El detalle de que el rostro de Superman es del de Christopher Reeve también es un grandísimo acierto, pues humaniza al personaje y ayuda a vincular esta versión con las de las películas que protagonizó este actor. La verdad es que no se le puede echar nada en cara a Frank.
Por último, comentar que este comic fue publicado por Planeta DeAgostini en el libro DC Orígenes: Superman (2011) y que este mismo mes de junio de 2013 ha sido editado también por ECC en El origen de Superman. La diferencia entre las dos ediciones está en que la primera tenía unas dimensiones muy amplias y un precio superior (20 €), mientras que la segunda respeta el formato comic book y sale muy económico: 7,95 €. Esto último se debe también a se está intentando aprovechar el tirón de la película de Zack Snyder para intentar captar nuevos lectores, tanto es así que se ha distribuido en exclusiva en los supermercados Lidl.
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